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Hotelería

Desde estas suites verás Venecia como la pintó Monet

El maestro del Impresionismo Claude Monet inspira las cuatro nuevas suites del St. Regis Venice.

En octubre de 1908, Claude Monet viajó a Venecia por primera y única vez en su vida. Lo hizo acompañado por su segunda mujer Alice,  invitado por la excéntrica Mrs. Mary Young Hunter, una influyente dama de la alta sociedad eduardiana y mecenas del arte del círculo cercano de John Singer Sargent y Rodin. La pareja se quedó primero un par de semanas en el palazzo que Mrs. Hunter tenía alquilado, antes de trasladarse al Grand Hotel Britannia, el más elegante del Gran Canal y el primero en contar con luz eléctrica en todas sus habitaciones, donde ampliaron su estancia en la ciudad seis semanas más.

 

Según sus biógrafos, a Monet nunca le había interesado Venecia lo más mínimo, era un destino demasiado trillado por los artistas de la época, pero como suele pasar cuando se viaja sin expectativas, la ciudad supuso todo un descubrimiento para el pintor y uno de los lugares que más le marcó en su carrera.

Durante las ocho semanas que pasó en Venecia aquel otoño de 1908, Monet produjo 37 cuadros en los que retrató la ciudad desde una docena de ángulos, muy cerca los unos de los otros, a diferentes horas del día y siempre vacía. La basílica neoclásica de San Giorgio Maggiore, la fachada gótica del Palacio Ducal, la iglesia barroca de Santa Maria della Salute –sobre la que pintó seis cuadros–, el Palazzo Dario, el Palazzo Contarini, el Palazzo da Mula… Y aunque según reconoció entonces el propio autor esos lienzos eran solo “ensayos y comienzos, bosquejos que no significarán más que recuerdos para mí”, con el tiempo se convirtieron en algunas de sus obras maestras más representativas, como el famosísimo Crepúsculo en Venecia, hoy expuesto en el Museo Bridgestone de Tokio.

Muchos de estos 37 lienzos fueron realizados desde los balcones de su suite en el Grand Hotel Britannia, donde cada tarde, al caer el sol, después de haberse pasado todo el día trabajando en la calle con su caballete, se podía ver a Monet pintando obsesivamente, intentando capturar la magia efímera de la luz.

Situado en la desembocadura del Gran Canal, a dos pasos del Gran Teatro La Fenice y a cuatro minutos caminando de la Piazza San Marco, el Grand Hotel Britannia, inaugurado en 1895 con motivo de la primera Bienale, se transformó con el tiempo en el Hotel Europa & Regina y, desde el pasado otoño, tras dos años de intensa reforma y una ampliación en la que se ha anexionado dos de los palacios vecinos, vive una nueva reencarnación bajo el nombre de St. Regis Venice, un hotel pensado para vivir el privilegio de estar en Venecia.

Hoy, 102 años después de aquel viaje, el St. Regis Venice acaba de presentar sus suites más especiales como parte de la última fase de reforma del hotel.

Diseñadas como residencias para artistas contemporáneos y repletas de espejos divisorios que amplifican la vista y la belleza del exterior, las cuatro suites Monet se asoman al Gran Canal desde los balcones Juliette de las plantas primera y segunda del palazzo Tiepolo y, según explica el conservador británico Robin Greene, Art Curator de St.Regis Venice, “celebran no solo la importancia de Venecia en la historia del arte y la ubicación del hotel como musa e inspiración de artistas sino, más específicamente, la importancia que tuvieron en la obra de Monet las seis semanas que pasó en el hotel pintando desde la terraza de su suite”. Robin Greene ha sido el encargado de crear una colección de arte contemporáneo única en el mundo que muestra la ciudad desde una perspectiva nunca vista con anterioridad. “Todas y cada una de las obras de arte y accesorios que vemos diseminados por todo el hotel representan el ADN de Venecia, pero desde una interpretación actualizada”, declara Greene.

Así, las suites Monet exhiben una serie de obras de arte contemporáneas creadas específicamente para estos espacios por artistas tan destacados como el pintor francés Olivier Masmonteil, la escultora estadounidense Karen La Monte –de ella es también la escultura a tamaño natural que da la bienvenida a los huéspedes que entran al hotel desde el Gran Canal– o el escultor italiano Massimiliano Pelletti, además de una serie de ornamentos de cristal realizados por el maestro Adriano Berengo y su Berengo Studios, con el que el St. Regis Venice colabora en el proyecto Glasstress, que solo se pueden contemplar en estas suites.

Para Olivier Masmonteil, el primer artista en residencia invitado por el hotel, cualquier proceso de creación pictórica se resume en “luz, perspectiva y cómo crear esa luz. Así, tienes cuadros que dan la sensación de que estás mirando una pared y otros que parece que estás mirando a través de una ventana. En este caso, para hacer esta serie de cinco cuadros para las suites Monet me decanté por un equilibrio entre los dos, entre pared y ventana, y en cómo crear esa luz con color y ese color con luz”.

Muebles hechos a mano inspirados en las curvas de las góndolas, las telas confeccionadas a medida siguiendo, patrones inspirados en las texturas del Palacio de los Dogos y los pavimentos del cementerio de San Giorgio, techos que reflejan el fluir del agua del canal… La decoración de las suites, igual que la exquisita reinterpretación contemporánea que han hecho de todo el hotel, ha corrido a cargo del estudio londinense Sagrada, cuyo objetivo principal ha sido, según explica su director Richard Saunders, “traer la luz exterior dentro de las estancias”, además de “crear la relación entre el lugar, el arte, la cultura y el diseño del hotel a través de una paleta de colores que se enfoca en tres tonos: el amanecer, crepúsculo y oscuridad”. Si Monet volviera hoy a Venecia, seguro que se volvía a alojar en su suite con vistas al Gran Canal.

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