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Destino

España: Experiencias inolvidables en La Rioja

La Rioja es conocida por ser uno de los mejores destinos de enoturismo en España. Probar su producto estrella, el vino, puede ser toda una experiencia. Y es que las bodegas, los alojamientos y las empresas de la zona han apostado por sorprender al viajero con un montón de actividades diferentes que te proponemos a continuación como volar en globo por encima de los viñedos, hacer una cata con un experto sumiller, conocer una bodega de diseño o hacer una visita a uno de los mejores museos del vino del mundo. Los que siempre hayan querido diferenciar los distintos aromas del vino, ver cómo se elabora o fotografiar campos infinitos de viñedos encontrarán su sitio en La Rioja. Toda una aventura gastronómica.

Ir de tapas por la calle Laurel de Logroño

Si hay una calle famosa en la capital de La Rioja para ir de tapas (probar pequeños bocados de bar en bar), esa es la calle Laurel. Las barras de los locales están llenas de pinchos y verás que cada bar tiene una especialidad gastronómica propia, algunas ya emblemáticas, como el típico champiñón –“champi”-. El vino de Rioja para acompañar no puede faltar y el ambiente, de lo más animado, invita a quedarse.Hay más formas originales de conocer Logroño a través del vino. Por ejemplo, apuntarse a cualquiera de las catas maridadas acompañadas por música dentro del programa CATARTE o a uno de los paseos narrados que recorren el centro histórico. En ellos te contarán leyendas sobre el vino y suelen acabar con una cata en una de las bodegas de la ciudad. Y si te gusta esta gastronomía en miniatura, otras localidades recomendables de La Rioja para probarla son Calahorra o la zona de la Herradura en Haro.

Dejarse asombrar por uno de los mejores museos del vino del mundo

Nos referimos al Museo Vivanco de la Cultura del Vino, en la bonita localidad de Briones. Es el lugar perfecto para aprender sobre historia del vino, ver vasijas de hace siglos o grandes obras de arte (de Picasso, Sorolla, etc.) relacionadas con el mundo del vino y, lo mejor de todo, hacer una cata con un enólogo y sumiller profesional o pasear por las viñas. De hecho, el museo cuenta con el Jardín de Baco, donde se pueden ver más de 220 variedades de vides de todo el mundo.

Elegir entre las más de 80 bodegas con visita turística

De las más de 500 bodegas que hay en toda la zona de La Rioja, más de 80 abren sus puertas al viajero para mostrarle los viñedos, cómo son los procesos de elaboración, cómo se fabrican las barricas, dónde se guardan añadas legendarias o vinos antiguos de colección… Entrar en cualquiera de estos “templos del vino” es toda una experiencia sensorial y en algunos podrás realizar cursos de cata en los que incluso te darán un diploma acreditativo. Un lugar que no puede faltar en tu viaje es Haro, porque allí encontrarás algunas de las bodegas más famosas y con más tradición de toda La Rioja. Lo que se siente en Haro por el vino es pura pasión.

Comer en un restaurante estrella Michelin en un pueblo de alrededor de 50 habitantes

En concreto, en el encantador pueblecito rodeado de naturaleza de Daroca de Rioja. Aquí está el restaurante Venta Moncalvillo, de los hermanos Echapresto. A su carta y a su impresionante bodega, se une la posibilidad de apuntarse a alguna de sus propuestas: hacer una ruta en la que el sumiller Carlos Echapresto hace de guía por lagares rupestres, castillos o bodegas centenarias de La Rioja; apuntarse a una comida maridaje con productos de temporada; visitar la huerta para ver cómo se cultiva de forma orgánica y después en la terraza tomar un aperitivo con vistas a la cocina o disfrutar de comer de manera exclusiva en una nave de barricas y con vistas al viñedo. Además de con este, La Rioja cuenta con otros tres restaurantes con Estrellas Michelin: El Portal de Echaurren, Kiro Sushi e Ikaro.

Recorrer viñedos a pie, en bici o a caballo

Una forma diferente de acercarse al mundo del vino es hacer alguna actividad entre viñedos. Son muchos los alojamientos y las empresas que organizan experiencias como paseos fotográficos entre viñedos, recorridos en segway entre cepas, un picnic en el propio viñedo para disfrutar del vino al aire libre, un paseo en grupo a caballo, una yincana en familia, agradables rutas en bicicleta de montaña… Cada viajero elige la actividad que más se adapta a sus gustos.

Vivir una vendimia… ¿en globo?

Sí. Sobrevolar -sobre todo durante los meses de octubre y noviembre- los viñedos que se vuelven amarillos y rojos es todo un espectáculo que merece la pena vivir al menos una vez en la zona de La Rioja Alta. Desde el globo, verás los diferentes pueblos y castillos y el río Ebro rodeado por chopos amarillos y ocres, harás un “brindis de altura” con cava riojano y acabarás con un típico almuerzo de productos de la zona.Una vez con los pies en la tierra, hay más maneras de vivir la vendimia. Varias empresas de enoturismo ofrecen participar en las técnicas de recolección y te dan la posibilidad de ser de las primeras personas en catar la primera añada de una bodega o de embotellar tu propia botella para llevártela a casa.

Hacerse un tratamiento a base de vino

Aunque resulte un poco llamativo, lo cierto es que los extractos naturales de la uva pueden resultar muy positivos. Por eso, son varios los spas y balnearios de La Rioja que tienen tratamientos basados en el vino. Imagina. Un masaje, un baño espumoso con productos de vinoterapia y una invitación a una copa de vino.

Dormir entre viñedos

Despertarse, asomarse desde la ventana de la habitación y ver cómo el sol sale entre los viñedos… Esta es una de las experiencias que podrás vivir en alguno de los llamados “Alojamientos del vino” de La Rioja. ¿Te imaginas alojarte en un palacete del siglo XVIII, junto a un molino del siglo XVII o en un hotel con bodega propia?

Subir al Tren del Vino

“El Rioja y los 5 sentidos” es un programa pensado para difundir la cultura del vino que se organiza todos los años durante los meses de marzo, mayo, junio, septiembre y noviembre. Una de las propuestas de este programa es subir al Tren del Vino que sale desde la estación de Logroño con destino a Haro para visitar las bodegas de la zona. A los pasajeros les acompañan actores vestidos de época y se cuentan anécdotas para acercarse más a este mundo. 

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