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Destino

8 playas en la Patagonia para descubrir este verano

La Patagonia es uno de los lugares favoritos de Argentina tanto para los argentinos como para los aventureros que deciden cruzar las fronteras. Es su encanto y energía única. Son sus paisajes tan versátiles como bonitos que la postulan como el destino perfecto para viajeros de todo tipo y en cualquier estación del año. Campings, hoteles o cabañas; amigos, parejas o familias; mochileros o fanáticos del lujo. Todo es posible cuando se pisa el sur del suelo nacional. Y si el clima marca el calorcito estival, nada mejor que tener a mano el listado de algunas de las playas más turquesas de la región:   

1. Playa Turquesa en Yuco, Neuquén

Yuco es una joyita escondida a 29 kilómetros de San Martín de los Andes. Está dentro de la jurisdicción del Parque Nacional Lanín y es la excusa perfecta para relajarse en el abrazo de la madre naturaleza y el Lago Lácar. Por supuesto, la fórmula que flecha corazones a lo largo y ancho de la Patagonia se repite y cumple con honores: agua color esmeralda y postales alucinantes. 

En este caso, además, hay bahías de arena blanca interrumpidas por coihues y arrayanes que le conceden al entorno matices rojizos difíciles de olvidar. Si bien la provincia de Neuquén cuenta con muchas alternativas playeras, la Playa Turquesa es una de las locaciones más elegidas de la zona cuando empieza a sentirse el calor (y su nombre adelanta el porqué). Se trata de un manto de agua fría en tonalidades azules listo para refrescar a quien lo necesite. Quien busque tranquilidad, sin duda la encontrará. ¿Lo mejor? En la península hay otras 4 playas igual de recomendadas y para visitarlas hay que atravesar senderos únicos ideales para los amantes del trekking. 

2. Las Grutas, Río Negro

Las Grutas, junto con Punta Perdices y Conchillas, conforman el trío turquesa que se ganó el nombre de la premisa que nos convoca: el Caribe Patagónico argentino. Así que sería imposible dejar alguna de ellas fuera de este listado de aguas transparentes. 

Es una villa balnearia al noreste de la provincia de Río Negro y parte del Área Natural Protegida Bahía de San Antonio. Atrae a turistas por sus panorámicas y serenidad. También por la calidez de su costa que – pese a ser patagónica – llega a alcanzar los 25ºC. ¿Por qué? Tiene que ver con un microclima que se genera por la influencia del Golfo San Matías sobre las corrientes del Océano Atlántico. Y aunque el descanso es una pauta inquebrantable por esta zona, siempre habrá espacio para el deporte acuático con opciones como buceo, snorkeling, kayaking, paseos náuticos y pesca deportiva.

3. Punta Perdices, Río Negro

Queda a unos 65 kilómetros de Las Grutas, en la bahía que se forma entre San Antonio Este y San Antonio Oeste. Hasta hace algunos años era un secreto guardado solo entre los locales. Por suerte para los viajeros, se corrió el rumor y hoy ya es una grandísima alternativa para disfrutar de su paz. Uno de los mayores atractivos del lugar son los estanques turquesas que se forman cuando sube la marea. De hecho, durante el día, el paisaje cambia en solo unos minutos por el subibaja del mar. Su entorno kilométrico da la pauta de la inmensidad y la belleza patagónica. 

¿Qué se hace por aquí? Lo principal es – una vez más – descansar y admirar una imagen que seguro provoque piel de gallina a más de uno. Pero si la adrenalina corre por tus venas, se puede aprovechar el poco oleaje del agua para realizar kayak, nado y stand up paddle. Además, diariamente se organizan paseos náuticos y encuentros de pesca deportiva.  

4. Las Conchillas, Río Negro

He aquí la tercera locación del famoso “Caribe Patagónico”. Nuevamente, la palabra clave es tranquilidad. La postal, un espectáculo azulado. El suspiro al verla, eterno. Queda a 60km de las Grutas y, tal como dice su nombre, la clásica arena se reemplaza por miles de conchillas de moluscos bivalvos que cubren la costa por completo. Justamente por eso, se recomienda llevar calzado que permita caminar e ingresar al mar sin problema.

5. Punta Este, Chubut

Lejos del ruido y la gente, es la combinación perfecta entre médanos, acantilados y agua en enormes cantidades. Está estratégicamente posicionada a solo 9km de Puerto Madryn y se resume en mar turquesa y una bahía inmensa. Sin duda, un espectáculo natural privilegiado. Para acceder se puede ir en bicicleta, vehículo o caminando si las ganas acompañan. ¿La mejor postal? Al caer el atardecer, por supuesto. Porque al contraste de colores entre la arena, el mar y el monte, se le suman los tonos naranjas del sol. 

A saber: Puerto Madryn es clave para el avistaje de fauna marina, desde julio hasta incluso abril. Lobos marinos, delfines, ballenas franco australes y orcas arman coreografías cómplices que turistas del mundo entero saben aprovechar.

6. Playa Canteras, Chubut

En el 2019 entró en el ranking de las mejores playas de Sudamérica según The Travellers Choice de TripAdvisor. Motivo suficiente para visitarla. Además, es un destino increíble para observar ballenas francas australes. Y lo mejor es que sus condiciones geográficas hacen que los cetáceos – aunque estén en el mar – se vean bien de cerca. 

Por supuesto en verano, aún sin la presencia de los simpáticos gigantes marinos, Canteras es digna de mención por su azul excepcional. Caminatas y descanso asegurado. 

7. Cabo Curioso, Santa Cruz

Es un accidente geográfico costero ubicado en el departamento Magallanes de la provincia de Santa Cruz. Y, como tal, es sede de varias playas escondidas y secretas, rodeadas de acantilados. Si nos preguntan, un maridaje único y muy especial con el mar turquesa de fondo. Dicho sea de paso, sus playas tienen zonas de acampe y fogones ideales para descansar con amigos. ¿La estrella si de fotos hablamos? El faro de San Julián, que se inauguró en 1922 y con solo mirarlo cuenta a los viajeros su historia de tiempos pasados. 

El cabo está a 15 km del Puerto San Julián, donde se puede hacer trekking ribereño y observar los animalitos de la zona: loboselefantes marinos y pingüinos, entre otros. 

8. Reserva Playa Larga, Tierra del Fuego

Pisar el Fin del Mundo es un pendiente que se debería tachar, al menos, una vez en la vida. Es que el encanto de caminar por los confines de la Tierra es único y si a eso se le suma una costa de mar azul profundo que está literalmente entre la montaña y el Canal de Beagle, nada puede salir mal. 

Es un regalo patagónico de paz y tranquilidad. Se trata de una reserva provincial de 24 hectáreas próxima a la ciudad de Ushuaia que resguarda sitios arqueológicos de alto valor cultural e histórico. Además de poder descansar entre paisajes alucinantes y realizar caminatas en un entorno increíble, tiene área de fogones para calentar el corazón. 

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