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Hotelería

Nuevo hotel de lujo en Granada es una casa prefabricada en el desierto

En mitad del desierto de Los Coloraos se encuentra este módulo de última tecnología, que produce su propia agua y su energía para que los viajeros puedan disfrutar de la naturaleza sin renunciar al confort. 

Las casas prefabricadas están revolucionando los planes para irse de escapada a un hotel en cualquier parte del mundo. Uniendo los últimos avances en tecnología, el diseño de vanguardia y los principios de la sostenibilidad, estos módulos prefabricados que pueden emplazarse en toda clase de entornos ofrecen una nueva forma de viajar con la que desconectar por completo de la rutina y disfrutar de la naturaleza. Así lo han entendido en DisctrictHive, una empresa con sede el Portugal que ha abierto el primer hotel-cápsula de lujo en mitad del desierto de Granada.

La idea de DistrictHive es crear una colonia de hoteles de cinco estrellas donde los humanos puedan recargar sus energías y conectar con la naturaleza sin renunciar a la comodidad, la tecnología y el lujo. Sus módulos son completamente autosuficientes y transportables, lo que permite desplegarlos en cualquier terreno, allí donde antes no era posible. Además generan su propia agua a partir del aire, la electricidad mediante paneles solares (o con baterías que garantizan energía durante 4 días sin sol) y cuentan con su propia gestión de residuos, de manera que no dependen del exterior y pueden situarse en un lugar totalmente aislado sin violentarlo.

Para demostrarlo, en DistrictHive han instalado el primero de sus módulos en uno de los desiertos más adversos de Europa, el desierto de Los Coloraos de Gorafe, en Granada, con vistas a la cordillera de Sierra Nevada. Un paraje de más de 1,400 kilómetros cuadrados al norte de la comarca de Guadix, antes inalcanzable para los turistas que preferían el confort a la aventura. Es un lugar privilegiado, “colorao” a causa de su tierra rojiza y en el que la aridez extrema ha creado un territorio abarrancado repleto de cañones, cárcavas, canales y curiosas formas geológicas.

Estos módulos autónomos, completamente equipados y energéticamente suficientes han sido bautizados por la empresa con el nombre de podtel, por la palabra pod (“cápsula” en inglés) y hotel; lo que no deja lugar a dudas de sus intenciones. Su diseño imita al de una nave espacial que hubiera aterrizado en Marte. Tienen una superficie de 35 metros cuadrados habitables: 30 de ellos interiores, y una pequeña plataforma que sirve de terraza o de observatorio para ver el cielo estrellado.

El interior se divide entre un cuarto de baño, una cocina-comedor que es también sala de estar y un dormitorio con cama doble, donde dos lechos individuales permanecen ocultos y pueden ser desplegados por quienes viajen en familia. También incluye armarios modulares multifuncionales y estanterías, y un pequeño cuarto de instalaciones.

El lujo, no obstante, culmina con los servicios tecnológicos de la cápsula. El módulo puede ser completamente controlado por una app, que se descarga en el teléfono móvil o en la tablet, y desde la que se puede hacer el chek-in y la salida, controlar la iluminación, la temperatura, el aroma, el sonido y la televisión. Dispone además de un servicio de consejería 24 horas y de distintas recomendaciones e información sobre las actividades y restaurantes de la zona.

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