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Hotelería

First In: Sommerro (Oslo), una antigua central eléctrica reconvertida en hotel de lujo

Visitamos Sommerro, la nueva incorporación hotelera de la capital noruega

Oslo tiene una personalidad única, y no le faltan hoteles modernos, repletos de ese estilo tan propio del lujo noruego. El hotel Sommerro, perteneciente a Preferred Hotels & Resorts, entra con fuerza en escena, y su inauguración ha dado que hablar.

¿POR QUÉ RESERVAR?

El motivo principal para lanzarse a reservar una habitación es el ambiente. El hotel Sommerro se ha llenado desde el minuto uno de gente deseosa de probar los Negroni de la casa y disfrutar de la magnética novedad de este edificio de 1930 totalmente restaurado. La mejor música en directo, la muy aclamada cocina nórdico-japonesa de la chef Frida Ronge, servida en el restaurante de la azotea, el primero de este tipo de todo Oslo, y los abundantes detalles de GrecoDeco de sus interiores han logrado que el hotel marque tendencias en una ciudad tan vivaz como esta.

EL AMBIENTE

Ubicado en el corazón del barrio residencial de Frogner, queda muy cerca de buena parte de las visitas obligadas de la capital. Sus 231 habitaciones, siete restaurantes y bares, el pequeño cine y el grandioso teatro de cien butacas capturan a la perfección el glamour de los años treinta, con un toque seductor que también se aprecia en en cercano The Thief. Además, cuenta con una piscina y una sauna en la azotea que abren todo el año y, el próximo noviembre, resucitará los antiguos baños públicos de Oslo. Estarán disponibles tanto para huéspedes como para el público general como parte de su impresionante refugio urbano.

LA HISTORIA DEL HOTEL

Este reciente triunfo de la empresa hotelera familiar Nordic Choice se incorpora a la lista de patrimonios del país que el grupo ha decidido rescatar para devolverlos al público como nuevos para su uso y disfrute, entre ellos la antigua sede de Amerikalinjen, que transformaron en un hotel boutique en 2014. Como afirma el fundador de la marca, Petter Stordalen: “Quería crear algo tipo Gran Gatsby, un homenaje a la mítica época de los años treinta, y por eso teníamos ideas tan claras en cuanto a la decoración”. Pero este edificio le es importante de una forma mucho más profunda: en su día fue la sede de Oslo Lysverker, la compañía eléctrica municipal original. «Me resuena de una forma muy especial que este fue, en muchos sentidos, el principio de la historia de éxito de Noruega», cuenta con orgullo. Tal y como muestra el enorme mural del artista noruego Per Krohg que hay en la sala principal del edificio, ahora llamada Ekspedisjonshallen, la electricidad mejoró la vida para todo el mundo.

Tras el éxito del hotel The Ned de Londres, en un edificio de edad y estilo similares al Sommerro, sus diseñadores, de la empresa neoyorquina y londinense GrecoDeco, tenían el trabajo casi asegurado. Alice Lund y Adam Greco eran la apuesta perfecta con su minuciosa atención al detalle, y lo han demostrado con creces. Las horas que han invertido en investigar los recursos del ayuntamiento y de los museos de la ciudad han dado sus frutos, y el hotel está repleto de referencias locales, desde elementos que beben de los cuadros de temática mitológica de Gerhard Munthe hasta las alfombras artesanales, en las que aparecen tejidas decoraciones inspiradas en pájaros migratorios noruegos, entre otros motivos. Buena parte de los muebles son hechos a medida, al igual que el papel pintado, y las maderas utilizadas también son una elección muy meditada. Predomina el abedul, aunque el fresno y el nogal también hacen su aparición estelar en las abundantes incrustaciones. Algunos de los cabeceros combinan hasta siete tipos de madera diferentes en bellísima marquetería, diferente en cada uno de ellos.

La historia de este edificio también está muy presente, reverberando desde el pasado hasta hoy en numerosos detalles. Las formas geométricas que adornaban el techo del despacho del director en su configuración original se reflejan en los diamantes de los suaves albornoces en unos elegantes baños con superficies de mármol rosa de Estremoz o de granito verde Karzai.

LAS HABITACIONES

Acogedoras suntuosas en todas sus categorías, las habitaciones varían en cuanto a tamaño y formato. Las opciones más modestas, las Loft Rooms, están en la planta superior y cuentan con dos camas dobles, separadas por cortinas del resto del espacio. Estas habitaciones, con una pequeña ventana desde la que contemplar Oslo, son ideales para gente con niños o para grupos que quieran disfrutar de todos los servicios que ofrece Sommerro a un precio más asumible. Las demás habitaciones tienen buena variedad de tamaño, y se pueden elegir con o sin bañera, pero todas están bañadas en ese profundo ambiente de tradición noruega, que recuerda los días del art déco y el funcionalismo a la luz de las lámparas de araña. La paleta de colores cálida, en tonos rojizos, verdes y madera oscura, combina a la perfección con la iluminación inteligente, que cuenta con varios modos: normal, suave, noche y, en los baños, maquillaje. Las alfombras suaves, los altavoces Bluetooth y los libros, entre ellos uno de cocina de la chef Frida Ronge, completan la sensación acogedora.

COMIDA Y BEBIDA

Su excepcional variedad, con siete restaurantes y bares entre los que elegir, tiene algo que ofrecer a todo el mundo, desde un sencillo desayuno hasta la elaborada cocina de chefs de fama internacional.

Nada más entrar por la puerta principal se encuentra Kafé Lucy, donde se puede pedir café y té para llevar, ademas de croissants y otros dulces para quien necesite un poco de energía mañanera.

En el salón de té, To Søstre, se puede disfrutar de los deliciosos dulces con música clásica de fondo, procedente de uno de los pocos pianos Steinway de interpretación automática que hay en toda Noruega.

Dos de los restaurantes más populares de Oslo se han mudado al interior del edificio, pero se puede acceder desde la calle. El restaurante tailandés Plah, que lleva el mejor chef noruego de cocina tailandesa, Terje Ommundsen, ofrece una exclusiva experiencia de mesa del chef, pero también hay pintxos y vino en Barramon, el restaurante vasco. 

En la sala Ekspedisjonshallen se sirven todas las comidas del día. Puedes empezar con la fiable tostada de pan de masa madre con palta para desayunar, y para comer te recomendamos el steak tartar, con la exquisita presentación obra del chef Jonathan Howell y una cucharadita de caviar encima, para conseguir ese toque indulgente. Pero si te apetece probar el famoso restaurante de la azotea y las creaciones de la chef sueca Frida Ronge, sube a Tak Oslo en la última planta y maravíllate con su innovadora fusión de cocina nórdica y japonesa con platos como las ostras noruegas rebozadas en panko y algas con mayonesa japonesa, los tallarines al huevo con queso, cebollino, hueva de corégono blanco, limón y nori o el sashimi de boknafish con mantequilla avellanada y salsa de soja acompañado de pato crujiente, ideal para compartir. Si te apetece una copa, pásate por Izakaya, donde podrás acompañar aperitivos tipo street food con sake.

LA ZONA

Este barrio de ambiente tradicional, en el que hasta ahora faltaban hoteles de este calibre, está revolucionado con la llegada del hotel Sommerro. La zona va camino de convertirse en un destino interesante gracias a su irresistible atractivo, pero es en sí misma muy agradable para pasear, cuenta con numerosas tiendas, galerías y cafeterías y tiene ese ambiente tranquilo y residencial que resulta tan agradable para pasar unos días apacibles.

EL SERVICIO

Como cabría esperar de un hotel cuya intención es replicar el glamour casual de los años treinta, hay suficiente personal cualificado como para ofrecer un servicio impecable, aunque las multitudes que llegan sin parar desde el día uno, no ponen las cosas fáciles.

ESFUERZOS ECOLÓGICOS

Este es el proyecto de conservación a mayor escala que ha tenido Noruega hasta la fecha, pero no se limita a la parte histórica. El firme compromiso del hotel con el medio ambiente se nota en sus materiales ecológicos y en la prioridad de todos los restaurantes por los ingredientes locales y sostenibles. El proveedor de los uniformes del personal es la marca de calzado ecológico New Movements, y toda la energía que consume el hotel es cien por cien renovable. Røros Tweed, una empresa local que trabaja con lana de oveja de excelente calidad, ha creado cojines que se pueden utilizar en exterior, de forma que los huéspedes podrán llevárselos para disfrutar de la naturaleza de Oslo, ya sea con un atardecer sobre el mar o con un paseo por el bosque cercano. También se pueden alquilar bicicletas para salir a explorar sin contaminar.

ACCESIBILIDAD

Todo el hotel es totalmente accesible, con la excepción de la piscina de la azotea.

¿QUÉ QUEDA POR CONTAR?

El spa, aún sin terminar, cuenta ahora mismo con ocho salas de tratamientos, que serán dieciocho tras su inauguración completa en noviembre de este año, más de 1300 metros cuadrados en total. Tiene gimnasio, sauna de infrarrojos, unas termas renovadas y una piscina fría para darse el tradicional baño noruego de termoterapia. La piscina grande original, junto a la que destaca un mosaico de Per Krohg, se encuentra junto a los baños públicos de 1932, totalmente restaurados. Hay una variedad abrumadora de productos entre los que elegir de marcas como Babor, Noon Aesthetics, Dermapen y Me Line. Habrá tratamientos estéticos y talleres nutricionales, charlas de expertos en sueño y sesiones de respiración en agua helada del estilo de las de Wim Hof.

Aunque se puede ir con niños, es el tipo de alojamiento que se disfruta más dejando a un lado todas las preocupaciones para abrazar de verdad el ambiente seductor entre elegantes cócteles, bañeras con tamaño suficiente para dos y productos aromáticos de Byredo.

No te pierdas las fantásticas ilustraciones que Bendik Kaltenborn ha realizado en colaboración con el hotel Sommerro, que decoran la web y varios de sus póster promocionales. Algunos de los diseños de las cortinas también son obra suya. 

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