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Destino

Santarém, la ciudad medieval de Portugal donde escaparse por amor al arte

Es conocida como la capital del gótico en Portugal. Santarém es la escapada perfecta para los amantes de la historia, la calma, el arte y el buen comer.

Los locos amantes de Portugal saben que un verano en dicho país siempre va más allá de las mansas y mesuradas playas atlánticas que visten su litoral. Agosto en tierras lusas siempre invita a escaparse al interior, a descubrir pueblos y pequeñas ciudades llenas de historia y cultura. Si estamos disfrutando de un verano en la Costa da Prata, tenemos muchos destinos interesantes a tiro de piedra de la playa, aunque muchos de ellos pasan desapercibidos.

Es probable que Óbidos, Batalha o Fátima no dejen nunca de ser opciones para una escapada extra en Portugal si andamos entre Lisboa y Nazaré. Pero ¿y si seguimos la autovía un poco más allá? Dejando Óbidos atrás, por la A15 ponemos rumbo a Santarém, una pequeña ciudad medieval que nos traslada al Portugal de la Edad Media. Porque en Santarém el tiempo hace cinco siglos que se detuvo y no quiso continuar la carrera frenética hasta la modernidad.

A pesar de que la huella medieval es la más evidente, la historia de Santarém tiene muchos capítulos pasados muy interesantes. Fue una de las ciudades de referencia para el comercio fenicio siete siglos antes de la ocupación romana. El río Tajo, que serpentea por la linde de la ciudad, permitió que esta importancia comercial se prolongase con la llegada de la cultura romana.

CAPITAL DEL GÓTICO PORTUGUÉS

La primera sensación que invade tu cuerpo cuando llegas a Santarém es que Ken Follett tuvo que pasar aquí unos cuantos veranos en busca de inspiración. Porque Santarém es un museo viviente, la radiografía pura y dura de un medievo que enrejaba ventanas y balconadas a la par que levantaba conventos e iglesias por doquier.

El tránsito en coche por el centro de Santarém es harto complicado, por lo que es recomendable dejar el coche fuera ya que el recorrido por la ciudad no lleva más de un día. La ruta por la ciudad medieval se traza siguiendo la estela de los restos del recinto amurallado, que conforme coge altura va dejando miradores sobre el río Tajo sencillamente impagables. Es fácil hacerse la idea el valor defensivo de Santarém, ya que desde estos balcones se pueden vigilar extensiones de terreno kilométricas.

Al alcanzar la Puerta del Sol habréis alcanzado la primitiva puerta de acceso a la Alcazaba, que hace cinco siglos era lugar de paso de carros y caballeros. Tras recorrer los jardines hay que virar por la calle 5 de Outubro para alcanzar la primera maravilla gótica de Santarém, la iglesia de São João de Alporão, que lleva siglos en obras y que es una clara muestra de transición del románico al gótico. Data del siglo XII y en su interior se encuentra el Museo Arqueológico de la ciudad. Eso sí, no es fácil encontrarlo abierto.

Un poco más adelante aparece la Iglesia de Santa María de Gracia. De finales del siglo XIV el imponente rosetón de la fachada nos recuerda la belleza imperturbable del gótico flamígero. En su interior descansan los restos de personajes ilustres como los Condes de Viana o Pedro Álvares de Cabral, descubridor de Brasil.

A escasos metros, cruzando la calle Primeiro de Dezembro hay que detenerse en Santa María de Marvila, donde aparece el estilo Manuelino que tanto define el arte portugués. Levantada en el siglo XVI bajo las órdenes del rey de Portugal, su interior os dejará con la boca abierta, revestida de arriba abajo con azulejos delicadamente pintados a mano. Es uno de los pocos ejemplos que se conservan de la herencia de los caballeros templarios en la región.

La calle Primeiro de Dezembro es un ir y venir de lugareños y visitantes que da una vida infinita a la ciudad. Si callejeamos por el centro neurálgico no dejaremos de encontrar templos de valor artístico incalculable como la Iglesia de San Nicolás o, un poco más retirado, la Iglesia de la Misericordia. Pero para llegar al final de la ruta hay que dirigirse al norte hasta la plaza Sá da Bandeira, lugar donde se ubica la catedral de Santarém, el Museo Diocesano y un montón de locales donde comer y echar una buena sobremesa.

La catedral de Nuestra Señora de la Concepción es un verdadero placer para los sentidos. A pesar de su fachada manierista, el barroco hace su aparición en este templo del siglo XVII algo más austero en comparación con sus contemporáneos de las grandes diócesis cercanas. Las impresionantes tallas de mármol de San Francisco de Loyola y de San Francisco Javier son obra de Bellini. Y tiene un dato curioso, no ha sido considerada catedral hasta el año 1975.

Cruzando el Jardín de la República, el fin de jornada llega en el impresionante Convento de San Francisco. Considerado como uno de los templos góticos más importantes de todo Portugal, es uno de los pocos edificios cuya entrada es gratuita. El claustro sufrió los estragos del terremoto de Lisboa, pero conserva su majestuosidad, belleza y misticismo. En el siglo XIX lo convirtieron en cuartel y sufrió un peligroso abandono que lo pudo haber condenado a la desaparición. Pero eso, por suerte, nunca sucedió.

DOS RESTAURANTES IMPRESCINDIBLES

A pesar de que el casco antiguo de Santarém tiene muchos bares y restaurantes bien interesantes, os sugerimos dos completamente necesarios para convertir la experiencia en redonda.

El primero, Dois Petiscos (Cidade da Covilhã, 4). Podemos asegurar que es el mejor restaurante de Santarém y parada obligatoria sí o sí. João y Margarida llevan cinco años apostando por un lugar distinto, una cocina de autor con gusto por el minimalismo y la cocina de mercado. Bacalao en carpaccio y gyozas con opciones veganas que han incorporado a la carta con mucho tino. No hay que dejar de probar su pulpo a la brasa, una lubina que es seda y un estallido de sabor y cremosidad en su tarta de queso con frutos rojos. Además, Margarida te recibe en la cocina para enseñarte muchas cosas…

El segundo, Ó Balcão (Pedro de Santarém n.°73). No se encuentra en la zona más turística pero se puede localizar fácilmente frente a la Iglesia de la Misericordia. Tras la pandemia, Rodrigo Castelo, miembro de la Asociación de Cocineros Profesionales de Portugal decidió dar una vuelta a esta taberna de cocina portuguesa regional que abriría con su esposa en 2013. El resultado fue su transformación en una neotaberna diferente y sofisticada, donde dan una vuelta al concepto de cocinar con casquería y carnes maduras. Tiene dos opciones de menú gastronómico con maridaje para los más sibaritas que ahonda en las raíces gastronómicas de la tierra.

INFORMACION PARA CURIOSOS

El nombre de Santarém procede de la denominación “Santa Irene” que recibió por parte del rey visigodo Recesvinto, recién convertido al cristianismo. Esto es debido a que este lado del río fue el lugar donde encalló la embarcación que transportaba supuestamente el cuerpo de la santa. La famosa corona votiva del rey visigodo forma parte del tesoro de Guarrazar, conservado actualmente en el Museo Arqueológico de Madrid.

Santarém tiene en densidad geográfica muchísimo más patrimonio artístico que muchas otras grandes ciudades de la Península Ibérica. En 1996 envió candidatura para pertenecer al Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO pero no tuvo demasiado éxito. Tras varias actualizaciones, en 2002 tiraron la toalla y se volvió a luchar por su candidatura. Algo inexplicable. Por ambas partes.

No pases de largo por las pastelerías. Entra y pregunta por pampilhosun dulce de canela con forma alargada muy típico de aquí. Debe su nombre y forma a que se asemeja a los palos de trabajo de los campesinos. No podrás parar.

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