El grupo Cofoco, famoso por ser uno de los más punteros de la escena gastronómica de la capital danesa, se atreve con la apertura de su primer hotel: exquisito y apto para todos los bolsillos.
Si ya es una alegría el escuchar hablar acerca de cualquier novedad hotelera, lo es todavía más cuando viene cargada de potencial gastronómico. Es lo que pasa con la apertura de Coco Hotel, en Copenhague, propiedad del grupo Cofoco, detrás de quince (¡15!) de los restaurantes más innovadores y modernos de la ciudad. Si alguien sabe lo que el público quiere y demanda, son ellos. Y si alguien sabe cómo satisfacerlo, en la mesa, son ellos.
El grupo Cofoco se percató de que la capital danesa necesitaba un buen hotel a buen precio, y decidieron crearlo. «Siempre tenemos todo tipo de turistas comiendo en nuestros restaurantes y a lo largo de los años hemos ido aprendiendo qué es exactamente lo que vienen a buscar a Copenhague», explica el CEO y propietario de Cofoco, Christian Lytje.
«Una de las cosas que sabemos hacer en Cofoco es crear experiencias reconfortantes y personalizadas, pero no había forma de encontrar algo parecido en la escena hotelera de Copenhague», continúa. «Así que decidimos poner todos nuestros conocimientos para llevar a cabo la idea de un hotel, sumado al valor añadido que aporta el diseño y un enfoque centrado en la sostenibilidad«, explica. ¿El resultado?: un hotel boutique de cuatro estrellas que derrocha personalidad y que hace que el huésped se sienta como un vecino más del barrio de Vesterbro.
DE UN VISTAZO
La sostenibilidad como bandera: ¿Cómo se respeta en Coco Hotel al medio ambiente? Pues de todas las maneras posibles. De hecho, es una de las cosas de la que más orgullosos están. «Hemos hecho muchos esfuerzos para ser sostenibles«, explican. Y lo han logrado centrando su atención en asegurarse de que su huella de carbono sea lo más reducida posible.
«Somos dueños de un gran parque solar, el cual genera más energía sostenible de la que usamos en el hotel y en su restaurante. Además, formamos parte de proyectos de reforestación y le damos la oportunidad a nuestros clientes de ser parte de ellos también», nos explica Lytje. Siendo un hotel renovado con materiales sostenibles y a los que se les ha dado una segunda vida, Coco intenta maximizar el reciclaje y la gestión de residuos. «Por eso no ofrecemos botellas de agua de plástico, ahorramos en electricidad utilizando luces LED apropiadas, no tenemos refrigeradores en las habitaciones y la comida que servimos es orgánica y primordialmente vegetariana.
Entorno: El barrio de Vesterbro fue el escogido para alojar al hotel por ser la zona favorita de sus dueños. «Porque siempre buscamos quedarnos en lugares similares cuando viajamos», nos cuenta Lytje del barrio, famoso por ser creativo, estar repleto de restaurantes y negocios locales. «Aquí no vas a ver grandes franquicias. Es el lugar en el que se puede encontrar todo aquello por lo que es famoso Copenhague –más allá de Nyhavn y La Sirenita–. Es como una versión mejorada de la zona de Nørrebro pero sin llegar a ser tan ‘fino’ como Frederiksberg«.
Otro de los atractivos de Vesterbo es su oferta gastronómica, cortesía del grupo Cofoco. Es aquí donde se encuentran (entre otros hits del grupo) la izakaya japonesa y sake bar Jah Izakaya, Spuntino y Les Trois Cochons, en la calle Værnedamsvej. Justo al voltear la esquina hay otra joya, Rouge Oysters, el lugar en el que dejarse ver los fines de semana. «Y también tendría que destacar a Mangia, un restaurante italiano muy sencillo famoso por sus espectaculares pastas», nos confiesa Lytje.
Amenities: Snacks, chocolates, galletas y una selección de espirituosos y sodas. Todo se puede encontrar en las habitaciones del hotel y todas de marcas sostenibles. También cuentan con servicio a la habitación. «Y estamos desarrollando nuestro propio jabón orgánico y shampoo, que estarán disponibles en breves», nos adelantan.
-Entretenimiento a bordo: Primero y antes que nada, lo que hay que disfrutar de este hotel es de su mesa de ping pong (ubicada en la planta superior del hotel). Después de un partido, toca pasarse por sus eventos Sit Down & Listen, liderados por el DJ y productor Martin Skovbjerg. «El se encarga de toda la selección musical, contando anécdotas e historias relacionadas con las canciones», comparte Lytje. «Los huéspedes tan solo tienen que escuchar, beber e incluso pueden compartir alguna que otra de sus propias vivencias con la música», concluye y nos recuerda que, en cuanto se pueda, volverán a retomar la actividad (distancia social mediante).
Comer y beber (fuera del hotel): En Coco Hotel creen que explorar la ciudad es parte fundamental de su oferta, por lo que animan a sus huéspedes a ir a cualquiera de los cinco restaurantes del grupo Cofoco ubicados a tan solo 50m del hotel (incluida su ópera prima: Cofoco). Y si te da parece planearlo, ellos se encargan de crear experiencias e itinerarios personalizados. Eso incluye, por ejemplo, que conozcas la alta cocina nórdica de Høst o que te dejes agasajar por una cena casual (bien regada de cócteles) en Llama, su restaurante de inspiración latinoamericana. Y, por supuesto, quienes lo hagan contarán con descuentos y paquetes especiales.
-Comer y beber (dentro del hotel): Pues directos que vamos a Café Coco a ponernos en manos de sus desayunos –de 7:00 a 10:00 am de lunes a viernes y de 7:30 a 10:30 am los fines de semana– y ligeras comidas orgánicas (que vienen directas de su restaurante Les Trois Cochons). La cafetería cuenta con un patio interior en el que disfrutar de un croissant, pan con chocolate, charcutería, avena con chía o yogurt con granola a primera hora del día. Más tarde, son los sandwiches de salmón y aguacate; de queso y jamón o las ensaladas niçoise –con huevo duro, alcachofas asadas, atún y patata– o marroquí –de cuscús– las que se acompañan de champagnes, cócteles, cervezas, zumos orgánicos o vinos.
Habitaciones: Las suites se completan con preciosas bañeras. Mientras que las familiares incluyen una Playstation para los niños (que también cuentan con su propia habitación dentro de la tuya, llena de juguetes y decoración infantil). Todas cuentan con planchas de vapor Steamery y reconfortantes albornoces.
Copenhague cuenta con todas las maravillas y servicios de una ciudad grande, pero en una menor escala y con un sentimiento más reforzado de intimidad. La escena gastronómica pisa fuerte, la industria creativa no para de crecer –gracias a sus diseñadores, cineastas, artistas y músicos– y sus habitantes encuentran en ella una vida que se congratula con el perfecto balance entre trabajo y ocio.
«La gente viene a la ciudad tanto como para disfrutar de ella durante una visita breve como para vivir en ella», nos dice Lytje. «Nos fascina compartir nuestra ciudad. No es parte de nuestra cultura interacturar con aquellos que no conocemos, así que al principio los daneses solemos ser un poco tímidos. Pero somos muy amigables una vez que nos llegas a conocer, así que no tengas miedo en empezar una conversación con nosotros», bromea Lytje mientras nos extiende una cálida bienvenida para que, en cuanto se pueda, alcemos el vuelo hasta Coco Hotel.