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Hotelería

6 hoteles de lujo para conocer los paisajes de Suiza en invierno

Entre idílicos lagos, pueblos pintorescos y montañas nevadas, vale la pena visitar estos hoteles de lujo en invierno.

Las vacaciones en Suiza siempre han atraído a la gente gracias a los hoteles de lujo en sus increíbles pueblos y ciudades, sus idílicas vistas de montaña, sus bosques salvajes y su naturaleza virgen. También es el paraíso de los deportistas con cumbres nevadas surcadas por kilómetros de pistas y snowparks que entretienen a los adictos a la adrenalina, pero también extensiones llenas de nieve perfectas para practicar raquetas, esquí de fondo y paseos en trineo. Es el lugar ideal para entregarse a los placeres de restaurantes con estrellas, spas de última generación y hoteles de lujo.

Si los Alpes suizos ofrecen una postal perfecta del paisaje de las montañas, los lagos son el pintoresco escenario de unas relajantes y cómodas vacaciones a cámara lenta. De todos los destinos de vacaciones que ofrece el país, Lugano es un lugar perfecto para fiestas de todo tipo: desde los tradicionales actos navideños en la plaza de la ciudad, el característico mercado en las calles del centro, hasta los espacios gastronómicos de la Piazza della Riforma, el mágico Bosque Encantado del Parque Ciani y el Festival de Nochevieja. Los amantes de los grandes clásicos apreciarán la oferta del LAC (Lugano Arte e Cultura), que durante el periodo festivo ofrece a su público diversos espectáculos, como El lago de los cisnes. También se celebrará el Concierto Gospel de Navidad y el Concierto de Nochevieja, que interpretará la pianista Martha Argerich. También merece la pena sumergirse en la naturaleza entre vistas impresionantes y senderos entre la vegetación. A los dos cimas del golfo de Lugano —el Monte Brè y el Monte San Salvatore— se llega fácilmente en teleférico, incluso en invierno.

El pequeño lago de Origlio es el punto de partida de varias excursiones por Capriasca que pasan por varios pueblos; mientras que un paseo por el Monte Sassalto ofrece vistas de postal del lago de Lugano. en las distintas ciudades de Suiza, la arquitectura de la belle époque se junta con edificios modernos en un juego de contrastes, formando encantadoras calles repletas de tiendas, direcciones de moda, pero también galerías de arte y museos que exhiben interesantes exposiciones, como Josef Koudelka en Ikonar, Constelaciones de archivos en Lausana, Niki de Saint Phalle en Zúrich, Henri Cartier-Bresson en Martigny, o La intoxicación de la técnica de Paul Klee en Berna. Hay muchas razones para ir de vacaciones a Suiza, así que aquí te compartimos 6 hoteles de lujo para una estancia exclusiva.

Carlton Hotel St. Mortiz

El Hotel Carlton St.Moritz es parte del grupo Tschuggen, una perla entre los mejores hoteles del mundo que con sus 60 elegantes suites lleva las vacaciones en la montaña a otro nivel. En una ubicación privilegiada, con una encantadora vista del lago y las cimas nevadas a su alrededor, el hotel ofrece una estancia exclusiva rodeada de naturaleza. Hay muchas propuestas pensadas para consentir a los invitados y que la Nochebuena y la Nochevieja sean inolvidables. Celebra la Nochebuena, la comida de Navidad o el Año Nuevo con una cena en el restaurante Da Vittorio, que este año celebra su 10º aniversario. La cocina creativa del renombrado dúo de chefs es una experiencia culinaria única, que podrás disfrutar en los encantadores salones del Hotel Carlton. Durante las fiestas, también puedes disfrutar de las delicias de la cocina en las características cabinas del antiguo teleférico instaladas en la terraza: con vistas al paisaje, se pueden degustar manjares tradicionales suizos como la fondue de queso.

No serían unas vacaciones de verdad sin la relajación del spa: repartido en tres niveles, ofrece una experiencia de bienestar personalizada con tratamientos de productos ecológicos, sauna, yoga, masajes y alberca que restauran cuerpo y alma. Los aficionados a los deportes de invierno pueden elegir entre esquí, snowboard, rutas de senderismo, bobsleigh o patinaje. Para los que quieran aventurarse más allá de los lugares turísticos, el Carlton es el punto de partida de emocionantes experiencias, como una visita a la casa de la artista suiza Mili Weber o a la casa del filósofo Nietzsche en la Nietzsche-Haus de Sils Maria. Después del deporte o las excursiones, nada mejor que un té por la tarde en las luminosas salas del Bel Etage para tomar algo caliente en un ambiente elegante.

El hotel Chedi Andermatt

En el corazón de los Alpes suizos, El Chedi Andermatt otra joya entre los mejores hoteles del mundo. A la gente le gusta por su carácter elegante, sofisticado y moderno a la vez. Es un hotel de lujo de cinco estrellas situado en el cantón de Uri que sorprende desde el momento en que entras, revelando un diseño que mezcla la calidez típica de un chalet alpino con una impecable elegancia asiática en todas las estancias, desde las amplias habitaciones hasta los cinco restaurantes y bares; desde el club de salud hasta el bar de vinos. Para los amantes del deporte, los 350 kilómetros de pistas de la región de Andermatt-Sedrun ofrecen infinitas posibilidades de esquí, snowboard y senderismo. La ubicación privilegiada del Chedi Andermatt, justo enfrente de los nuevos remontes que conectan las pistas para esquiadores de las montañas Nätschen y Gütsch con la estación de Sedrun, es también el lugar ideal para unas vacaciones entre la naturaleza y el deporte, gracias a su proximidad al teleférico que lleva a la cima más alta de la zona: la de Gemsstock.

Un exclusivo servicio de mayordomo de esquí permite a los huéspedes disfrutar de una experiencia de primera clase en la nieve. Incluye una comida en el restaurante de cocina japonesa con estrella Michelin, The Japanese por el The Chedi Andermatt, que es el más alto del mundo ya que se encuentra en la montaña Gütsch a 2,000 metros sobre el nivel del mar, y ofrece una auténtica experiencia asiática con impresionantes vistas a la montaña. Para recuperar energía tras un día en la nieve, el magnífico spa de 2,400 metros cuadrados seduce a cualquiera con sus espacios refinados, sus ambientes zen, la búsqueda del equilibrio con tratamientos de vanguardia y masajes relajantes. Entre chimeneas y una suave iluminación, se encuentra el bar après-ski, para entrar en calor con una copa en un entorno único. Como es tradición, para celebrar el fin de año de forma inolvidable, el hotel Chedi Andermatt lo festeja con delicias culinarias, baile, música y fuegos artificiales con vistas a los picos nevados.

Hotel Kulm St. Moritz, Engadina

A 1856 metros de altura, en el punto más alto del pueblo, con una increíble vista panorámica del lago de St Moritz, se encuentra el grandioso el Hotel Kulmla. Esta joya de la montaña ha contribuido a transformar la zona en un destino de primera clase para el turismo de invierno. El hotel está estratégicamente situado cerca de los remontes de Corviglia. Ofrece todo el encanto de la hospitalidad tradicional de Engadina con un ambiente elegante diseñado por Pierre-Yves Rochon, que mezcla las comodidades modernas con la calidez de los chalés alpinos gracias a los revestimientos de pino suizo en las paredes y techos. El hotel presenta una novedad este invierno: la remodelación —también a cargo de Pierre-Yves Rochon—, de la Suite Presidencial, rebautizada como la Suite Corvatsch en homenaje al majestuoso paisaje que domina las vistas. Con una superficie de 176 metros cuadrados, esta suite es la más impresionante y elegante del hotel Kulm.

Es un lugar que estimula todos los sentidos, incluido el paladar. A través de sus cinco restaurantes ofrece un recorrido gastronómico por los sabores del mundo. Empezando por el restaurante The K, dirigido por el chef con tres estrellas Michelin Mauro Colagreco, que invita a degustar una propuesta culinaria que alcanza su máximo esplendor durante la temporada de invierno. No hay que perderse la alta cocina peruana de Claudia Canessa en el restaurante Sunny Bar, ni la parada en el histórico Kulm Country Club, rediseñado por Lord Norman Foster, donde se puede disfrutar de auténtica cocina alpina entre recuerdos y antigüedades modernas. Tampoco hay que perderse el Kulm Spa después de un día en la montaña, un oasis de dos mil metros cuadrados de relajación absoluta donde podrás liberar toda tensión con tratamientos inspirados en la naturaleza de la zona. Uno emerge renacido.

Grand Hotel Kronenhof, Engadina

El pintoresco pueblo de Pontresina ofrece un agradable paseo con sus bellas fachadas ornamentadas y sus callejuelas salpicadas de tabernas de vino, stube (tabernas tradicionales) y pastelerías. En el Gran Hotel Kronenhof, cerca del glaciar Roseg y de las estaciones de esquí de Diavolezza y Bernina, se encuentra en un lugar único a 1,800 metros de altitud rodeado de naturaleza para los amantes de la montaña, entre bosques vírgenes de alerce y pino piñonero suizo, valles y majestuosos glaciares. El magnífico edificio histórico de 1848 es uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura neobarroca alpina del siglo XIX; sus muros están protegidos por el Ministerio de Bellas Artes.

Entre los techos pintados al fresco por el pintor bernés Otto Haberer a principios del siglo XX, el ambiente del Salón Azul y la Sala Roseg con sus columnas, estucos y oro: cada detalle del diseño te transporta a la belle époque. Para una magnífica experiencia gastronómica, el restaurante Kronenstubli se encuentra en el ala más antigua del edificio. Es un salón forrado de pino suizo, que maravilla con el encanto de época y los sabores de la alta cocina francesa e italiana. Recientemente, el hotel estrenó la última parte de su renovación por Pierre-Yves Rochon en el pintoresco vestíbulo y el bar Kronenhof, que conservan un encanto antemporal. Antes de irte, vale la pena detenerse en el magnífico balneario Kronenhof. Obra del arquitecto suizo Justus Dahide, es uno de los más grandes y refinados de la Engadina, donde podrás recuperar fuerzas entre la tranquilidad de los mágicos bosques y las montañas circundantes.

Palacio Mandarin Oriental, Lucerna

Con los Alpes suizos de fondo y la plácida belleza del lago de Lucerna, el nuevo Palacio Mandarin Oriental en Lucerna combina la elegancia contemporánea y el legendario servicio de la hospitalidad suiza. El excepcional edificio es un hito de la belle époque recientemente restaurado. Detrás del elaborado rediseño están Iwan Bühler Architekten y los interioristas londinenses Jestico + Whiles. La inspiración para el proyecto surgió del paisaje. Buscaron preservar la historia del edificio, que data de 1906, así que la remodelación solo le dio un nuevo aire con un estilo contemporáneo y piezas de diseño. Las 136 elegantes y espaciosas habitaciones —48 de las cuales son suites— ofrecen una hermosa vista, un balcón o una terraza privada. Se puede admirar el estilo de época en las cuatro refinadas habitaciones, incluido el Salón Alpino, que conserva los elementos decorativos originales de antaño.

La joya de la corona es el magnífico Bellefontaine Spa que ofrece exclusivos tratamientos faciales y corporales: los huéspedes pueden relajarse en la sauna, el baño de vapor, las regaderas de sensaciones y la zona de estar. Pero el Palacio Mandarin Oriental, Lucerna, es también un popular destino gastronómico de la ciudad y ofrece una gama de delicias culinarias para todos los gustos. Bajo la dirección del chef Gilad Peled, galardonado con una estrella Michelin, está el MOzern Brasserie & Bar, un cómodo salón donde parar para comer, calentarse con un té o tomar un cóctel. En el exterior, ideal para los días soleados, está el Quai 10, en la terraza con vistas al lago. También abrirán pronto Colonnade, que sirve alta cocina francesa contemporánea, y Minamo, el restaurante japonés con capacidad para solo seis entusiastas de la cocina omakase.

El hotel Woodward, Ginebra

A dos pasos del lago y con espectaculares vistas del Mont Blanc, El Woodward, Ginebra, se encuentra en un edificio histórico de principios del siglo XX. Reabrió sus puertas en 2021 tras una meticulosa restauración a cargo del arquitecto e interiorista Pierre-Yves Rochon. Sólo hay 26 suites, 21 de las cuales ofrecen una impresionante vista del agua. Las más espectaculares son la suite Presidencial, donde todas las ventanas dan al lago, y la suite Real, que con su elevador privado recuerda a un elegante departamento parisino. La joya de la corona es el espectacular spa: 1,200 metros cuadrados de puro bienestar. Su interior encanta a los huéspedes con la alberca cubierta más larga de la ciudad, un gimnasio de última generación, dos saunas, dos baños de vapor, dos baños suecos, un jacuzzi y seis salas de tratamientos de última generación.

La estancia en este hotel también te sorprenderá con experiencias culinarias exclusivas gracias al Chef Ejecutivo Olivier Jean, quien dirige los dos restaurantes de The Woodward: L’Atelier Robuchon y Le Jardinier. L’AtelierRobuchon, que ya cuenta con una estrella Michelin, te invita a presenciar un auténtico espectáculo culinario sentado en la mesa del chef —con capacidad para 36 personas— desde donde se puede admirar la magia de la preparación detrás de cada plato: acompañan al Chef Ejecutivo el Chef Pastelero Titouan Claudet y el Sumiller Jefe y Director de Restauración Martin Cappelaere. Pero la verdadera magia está en el plato, con propuestas que van desde los platos de autor firmados por Joël Robuchon hasta las innovadoras reinterpretaciones de Olivier Jean. Nunca pierden de vista el uso consciente de productos ecológicos y locales, combinando la excelencia francesa y las influencias asiáticas. Una experiencia que no debe perderse.

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